Para evaluar la Estrategia de Educación pata el Desarrollo de la Cooperación Española ((2007-20014) la Secretaría General de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) han organizado diversos grupos de discusión. En uno de ellos ha participado SOTERMUN, la ONGd de la USO.
El propósito de esta evaluación es valorar críticamente los procesos estratégicos que han configurado el trabajo de los actores de la Cooperación Española en el ámbito de la educación para el desarrollo durante el periodo 2007-2014.
Para SOTERMUN, en ese periodo se debería haber pasado de una concepción Norte-Sur, que está presente en los Objetivos de desarrollo del Milenio, a una, esperemos nueva, concepción de ciudadanía universal o global, interdependiente, en la que ya los Objetivos de Desarrollo Sostenible son para todos los países y personas. De ahí, el remarcar la exigencia de la coherencia de políticas.
Esto obligaría a cambiar todo ese mundo de educación [para] el desarrollo o sensibilización a redefinir una educación del desarrollo integral o inclusiva. Ahora nos enfrentamos a un dibujo de las ONGD, determinado en buena parte por las exigencias de las administraciones y la escasa autofinanciación de las mismas, de gestores de fondos públicos, exclusivamente preocupadas por la buena justificación económica y una búsqueda de ‘resultados’ cuantitativos, a cortísismo plazo, anualmente de forma general. Para más inri, las diferentes administraciones quieren ‘resultados’ vistosos y ‘políticamente correctos’, sanidad, educación, agua,… . Valores tan imprescindibles como democracia, auto organización y liderazgo, o el trabajo decente y la necesidad de sindicatos en este mundo globalizado donde las trasnacionales dominan y controlan gobiernos no son los más queridos a la hora de destinar fondos procedentes de los impuestos, que pagamos todos. Eso revela que la autofinanciación debe ser un objetivo estructural si se quiere la independencia frente a los dirigismos de las administraciones y seguir trabajando para que las administraciones sean coherentes en ayudar a la transformación social y no sólo en coadyuvar a un asistencialismo de poco recorrido.
Las conclusiones y las nuevas orientaciones que resulten de esos talleres ya son parte de la esfera oficial. Esperemos que las reflexiones plurales de las diferentes ONGD que han participado sirvan para que la administración española se comprometa en el apoyo a unas sociedades más inclusivas.
