Miembros de la central sindical griega GSEE, organización afiliada a la CSI, y el sindicato del sector público ADEDY se han declarado en huelga para protestar contra la última ronda de medidas de austeridad impuestas por los acreedores de la UE y el FMI.
Tras varios meses de prevaricación, el Gobierno griego ha cedido a las exigencias de los acreedores de la UE y el FMI de aplicar nuevos recortes a las pensiones y a la seguridad social y subir los impuestos a los trabajadores ordinarios. Grecia volvió a entrar en recesión durante el primer trimestre de este año, y casi una cuarta parte de los trabajadores y trabajadoras están en el paro. Más de la mitad de los trabajadores griegos jóvenes no tienen trabajo.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, ha declarado: “La economía griega se ha visto gravemente debilitada por la ideología de línea dura de los acreedores internacionales, y el sufrimiento del pueblo griego está empeorando día a día. Grecia se encuentra efectivamente bajo la administración de las instituciones de la UE y el FMI, que han impuesto una política desastrosa y destructiva sin examinar en ningún momento los posibles aspectos positivos de la economía del país ni intentar trazar una vía positiva para salir de la crisis. El Gobierno se ha rendido a los acreedores, lo que conlleva una nueva erosión de los derechos del trabajo. Los sindicatos constituyen la única voz efectiva y creíble para un futuro positivo para Grecia”.
El primer “rescate” financiero de Grecia por parte de los acreedores de la UE y el FMI, anteriormente denominados la Troika, comenzó en mayo de 2010 con la promesa de que los niveles de la deuda se mantendrían bajo control y que se restablecería el crecimiento en la economía griega. Pero en lugar de eso, la deuda pública de Grecia se ha disparado, pasando del 115% del PIB en 2009 al 180% actual, y el rendimiento económico total se ha reducido en más de una cuarta parte. Además, según un informe del Banco Mundial publicado el pasado mes de octubre, la desigualdad de los ingresos ha aumentado en Grecia más que en ningún otro país.
Sharan Burrow ha dicho: “Las medidas de austeridad y desregulación que se han impuesto a Grecia so pretexto de estimular el crecimiento a través de una ‘devaluación interna’ han sido un fracaso evidente y lamentable. Tras siete años de políticas fallidas, ya es hora de que el FMI y las instituciones de la UE apoyen la reconstrucción de la devastada economía griega por medio de una estrategia coordinada de creación de empleo, mejoras en los niveles de vida y recuperación de los servicios públicos”.