La Declaración del Grupo Laboral 20 (L20), que representa a los trabajadores y sindicatos ante el G20, establece las políticas que deberían adoptar los líderes a fin de garantizar una acción coordinada destinada a crear empleos de calidad para el futuro, reducir las desigualdades con objeto de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplir los compromisos del Acuerdo de París.
La Encuesta Mundial de la CSI 2017, que cubre a más de la mitad de los países del G20, reveló que el 74% de los encuestados se muestra preocupado por el aumento de la desigualdad entre el 1% más rico y el resto de la población; al 73 por ciento le preocupa la posibilidad de perder su empleo; y el 83% considera que el salario mínimo no resulta suficiente para llevar una vida digna.
“La globalización está en entredicho porque la mano de obra mundial está en apuros y la gente sencillamente no confía en unos Gobiernos que simplemente les ofrecen más de lo mismo. La gente quiere reglas globales para las cadenas de suministro, donde se exijan responsabilidades a las corporaciones multinacionales; quiere un salario mínimo que permita vivir dignamente, quiere que se invierta en empleos para ellos y para sus hijos; y quiere que sus Gobiernos tomen medidas respecto al clima”, declaró Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional.
El rumbo para el G20 ha sido establecido ya por la Declaración de los Ministros de Trabajo y Empleo del G20, pero ahora les corresponde a los Líderes del G20 reafirmar el llamamiento de sus ministros de trabajo con vistas a:
- la adopción de un set integrado de políticas que sitúen a las personas y al empleo en un lugar central, con inversiones en una infraestructura verde habilitante y en la economía de cuidados;
asegurarse de que la competencia no se apoye en violaciones al trabajo decente y los principios y derechos fundamentales en el trabajo, imponiendo la debida diligencia respecto a los derechos humanos en las cadenas mundiales de suministro. - “La Cumbre del G20 en Hamburgo tiene lugar tras un año de respuestas críticas por parte de los votantes contra Gobiernos, instituciones y el funcionamiento mismo de los sistemas económicos, en particular de un sistema mundial que ha hecho mucho más por liberalizar y desregular los mercados que para repartir los costos y beneficios de la globalización de manera equitativa”, indicó John Evans, secretario general de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC).
“Los Ministros de Trabajo y Empleo del G20 acordaron unas políticas que, de adoptarse, aportarían trabajo decente a los jóvenes, las mujeres y los migrantes. Subrayaron además el papel de los interlocutores sociales para la creación de un futuro del trabajo adecuado para todos. Los Líderes del G20 deben reafirmarlo, así como el rol esencial de la negociación colectiva y el diálogo social. Empresas y sindicatos a nivel del G20 hicieron un llamamiento conjunto en relación con garantías de aprendizaje permanente y empleos de calidad en todos los sectores. Ahora le corresponde al G20 asegurarse de alinear los resultados de sus Ministeriales de Trabajo y Finanzas para alcanzar dichos objetivos”, dijo Evans.
El L20 reclaman a los Líderes del 20 los siguientes compromisos:
- Un estímulo fiscal para salir de la trampa de bajo crecimiento y emprender una transición justa hacia una economía baja en carbono y digitalizada;
- Situar el empleo y salarios de calidad en el centro de las acciones del G20 para hacer frente a las crecientes desigualdades;
- Salvar la brecha de género respecto a salarios y empleo;
- Apoyar el empleo juvenil y el desarrollo de competencias;
- Establecer normas para una conducta empresarial responsable, imponiendo la debida diligencia respecto a los derechos humanos en las cadenas mundiales de suministro;
- Incrementar la transparencia fiscal;
- Garantizar una distribución justa de los beneficios derivados del cambio tecnológico;
- Una respuesta conjunta a los grandes movimientos de refugiados y la integración de migrantes;
- Hacer realidad los compromisos sobre el cambio climático;
- Alinear las políticas del G20 con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible;
- Integrar el diálogo social y garantizar la coherencia de las políticas dentro del G20.
“Los Gobiernos del G20 han recibido de sus ciudadanos el mandato de actuar. Según revela la Encuesta Mundial de la CSI, el 85% de la población considera que ha llegado el momento de reestablecer las normas para promover el crecimiento y la prosperidad compartida y el 93% piensa que es importante que su Gobierno adopte una posición contra los abusos de las empresas y en defensa del estado de derecho”, añadió Sharan Burrow.