Tras la publicación de los datos de accidentalidad laboral hasta noviembre de 2017, la preocupante tendencia de aumento de la siniestralidad que llevamos denunciando se va consolidando. A la espera de conocer los datos del año completo, podemos asegurar que 2017 vuelve a confirmar el aumento continuado de la siniestralidad laboral en los últimos cuatro años.
La inestabilidad en el empleo, la precariedad laboral, la falta de formación e información y el recorte de la inversión en materia de prevención son algunos de los factores que han generado que cada día sea menos seguro trabajar en nuestro país. De hecho, las cuatro principales causas de accidente -sobreesfuerzo físico sobre el sistema musculoesquelético, caídas, choque contra objeto móvil o accidente de tráfico- son fruto de riesgos que se pueden evaluar y evitar tomando las medidas adecuadas en los centros de trabajo. Poco estamos evolucionando en materia de prevención si las mismas causas que producían la mayor parte de la accidentalidad laboral en el momento de la aprobación de la Ley de Prevención, se mantienen 22 años después.
Teniendo en cuenta los resultados del citado período respecto a los comprendidos entre enero y noviembre de 2016, cabe destacar las siguientes conclusiones:
• El número de accidentes que han producido baja ha sido de 542.222, lo que significa un incremento del 5,4%. De ellos, 468.781 ocurrieron durante la jornada laboral y 73.441 fueron accidentes in itínere. En consecuencia, suben un 5,4% los accidentes en jornada y un 5,3% los accidentes in itínere.
• El número de accidentes durante la jornada laboral se eleva notablemente (un 5,4% para los leves, un 6,9% para los graves y un 2,5% para los mortales).
• El número de accidentes in itínere leves y graves también crece de forma destacada (un 5,3% los leves y un 9,1% los graves). Como dato esperanzador, cabe mencionar que los mortales in itínere se reducen significativamente (disminuyendo en un 3,3%).
• Aumentan los índices de incidencia de accidentes en jornada de trabajo, salvo en algunos sectores, lo que globalmente se traduce en un incremento del 1,4%.
• El número de accidentes de trabajo sin baja notificados implica un incremento del 0,7%.
• El número de accidentes de trabajo mortales asciende respecto a 2016. Entre enero y noviembre de 2017, un total de 569 personas perdieron la vida como consecuencia de accidentes mortales (incremento del 1,2%). Además, puede observarse un preocupante aumento de los accidentes mortales en jornada laboral (incremento del 2,5%). Como ligera mejora, cabe apuntar un descenso de los accidentes mortales in itínere (reduciéndose en un 3,3%).
Con base en lo expuesto, el balance global es ciertamente desalentador y no es sostenible que esta tendencia al alza de la accidentalidad se mantenga como un rasgo inherente y sostenido de la realidad laboral en España. Desde la USO, seguimos insistiendo en la necesidad de actuación urgente por parte de los poderes públicos, de forma que estos acometan políticas encaminadas a reconducir el tristemente imparable fenómeno de la precariedad y accidentalidad laboral. Solo encarando este grave problema de forma decidida y comprometida será posible crear alternativas al drama diario que supone la pérdida de vidas y salud entre la población trabajadora de nuestro país.