Aprobado el Pacto Mundial para la Migración

El primer Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular ha sido acordado el pasado viernes 13 de julio en la sede de Naciones Unidas.

Se trata del primer intento para gestionar los flujos migratorios de forma integral y a escala internacional. Ha sido un acuerdo intergubernamental donde la Organización Internacional de Migraciones, que ahora ya es agencia de las Naciones Unidas cuando hasta hace poco era un organismo de países receptores de migrantes, ha sido la que ha dirigido el proceso.

Este Pacto Mundial nace a partir de la Declaración de Nueva York sobre #Refugiados y #Migrantes, adoptada en septiembre de 2016, donde la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió desarrollar un pacto mundial para establecer una migración segura, ordenada y regular, poco después de suscribir los Objetivos de Desarrollo sostenible que tiene un apartados específicos sobre los flujos migratorios y respeto a la igualdad de trato. El proceso para desarrollar este pacto mundial sobre migración empezó en abril de 2017.

Después de un proceso de participación en muchos países con organizaciones sociales, entre ellas con USO y SOTERMUN en España, y seis sesiones intergubernamentales en las Naciones Unidas, por consenso el día 13 de julio fue aprobado el Pacto Mundial para la Migración segura, ordenada y regular. La Confederación Sindical Internacional también ha participado en las negociaciones del Pacto, reclamando la inclusión de derechos humanos y laborales para todos los migrantes.

La adopción oficial del documento tendrá lugar a finales de este año en una cumbre que se celebrará en Marruecos los días 10 y 11 de diciembre. Estados Unidos se retiró de esta Pacto antes de las negociaciones.

El Consejo Mundial de Sindicatos, (CSI, Federaciones Internacionales y TUAC) estima positivamente que se promocione el Programa de Trabajo Decente de la OIT, pero lamenta que el Pacto esté vinculado a los trabajadores migrantes, con contrato laboral, porque deja sin cobertura a los trabajadores sin el mismo.

Este Pacto elude la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares y siempre se ha puesto como crítica a este Pacto la posibilidad de que los Estados rebajen sus compromisos internacionales.

USO, además, a través de la Red sindical de migraciones mediterráneas y subsaharianas (RSMMS) hizo unas propuestas para que ese pacto contemplase el diálogo social y la participación sindical en la ordenación de flujos migratorios y reclamó la inclusión de la portabilidad de las pensiones.

El Pacto se estructura en torno a 23 grandes objetivos. Entre esas metas, hay algunas genéricas como la cooperación para abordar las causas que motivan la migración o mejorar las vías de migración legal. Pero también hay compromisos concretos, como medidas contra la trata y el tráfico de personas, evitar la separación de las familias, usar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino.

Los Estados se comprometen también a mejorar su cooperación a la hora de salvar vidas de migrantes durante sus viajes, con misiones de búsqueda y rescate, y garantizando que no se perseguirá legalmente a quien les dé apoyo de carácter «exclusivamente humanitario».

Además, los gobiernos prometen garantizar un regreso «seguro y digno» a los inmigrantes deportados y no expulsar a quienes se enfrentan a un «riesgo real y previsible» de muerte, tortura u otros tratos inhumanos.

Los países de origen deberán readmitir siempre a sus nacionales y ofrecerles documentación de identificación adecuados.

Juan José Gómez Camacho, el embajador de México ante la ONU, que ha liderado la negociación junto a su homólogo suizo, Jürg Lauber ha manifestado que el Pacto “no es jurídicamente vinculante, pero es poderosísimo políticamente. No tenemos ninguna duda de que todos los Estados miembros se van a sentir políticamente comprometidos por él y en la práctica totalmente beneficiados”, y deja claro que cada Estado es soberano para determinar sus propias políticas en este ámbito.

La migración ha sido un asunto tradicionalmente reservado a la esfera nacional. El embajador admite que, “un gran número de Estados” se rehusaban a “negociar su derecho soberano” a determinar su política migratoria. “Eso no ha cambiado”, puntualiza. “Pero hemos entendido todos que la única forma de abordar este fenómeno es a través de la cooperación. Para que funcione tiene que haber coherencia y armonía entre las políticas impuestas por un país de origen y de destino. Eso es lo que le da sentido al pacto”.

El texto del Pacto: https://www.un.org/…/wp-content/uploads/sites/51/2018/07/mi…

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