La Internacional de Servicios Públicos (ISP), federación sindical global que representa a más de 20 millones de trabajadoras y trabajadores en todo el mundo, frente a la muy grave situación política y socioeconómica que se vive en Venezuela, así como a la amenaza de haber intervención militar externa en ese país:
Se pone firmemente en contra a cualquier solución armada como forma de solucionar los graves problemas vividos en la nación andina. De esa forma, rechaza la posibilidad de intervención militar externa, posibilidad que no fue descartada por el presidente estadounidense Donald Trump en su momento. La soberanía y autodeterminación de los pueblos es un principio que debe ser respectado por todos y todas.
En el lugar de eso, la ISP respalda toda iniciativa que tenga como objetivo promover el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición. Celebra, por ejemplo, la iniciativa de los gobiernos de México y Uruguay, que realizaron un encuentro internacional el último 7 de febrero en ese sentido, y la declaración de Rosemary DiCarlo, la subsecretaria general para Asuntos Políticos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ante su Consejo de Seguridad de que el diálogo y la cooperación son esenciales para poner fin al conflicto en Venezuela.
En este sentido, la ISP insta al gobierno Maduro a inmediatamente poner fin a la represión desmedida hacia a la oposición, así como a las detenciones arbitrarias, y, en su lugar, a respetar los derechos humanos y a escuchar a sus legítimas demandas.
Insta también a la oposición a deponer su actitud de confrontación, como la autoproclamación del diputado Juan Guaidó como “presidente encargado”, postura que no contribuye a una solución a los problemas del país. Por lo contrario, tal actitud, respaldada por algunos gobiernos, amenaza la estabilidad del país y de la región, haciéndola retroceder a períodos donde los golpes de Estado y dictaduras militares eran mucho más comunes.
De esa manera, la ISP refuerza su llamado a la paz, al diálogo, al respecto a los derechos humanos y a los principios de soberanía y autodeterminación de los pueblos como condiciones esenciales para poner fin al conflicto en Venezuela, y se pone a disposición a contribuir a una solución pacífica.