Los datos de siniestralidad con los que ha cerrado el año 2018, certifican el aumento de la inseguridad en el trabajo y los accidentes laborales, denunciado reiteradamente por la USO a lo largo de todo el año. Es altamente significativo, el trágico aumento de los accidentes graves, pero sobre todo de los mortales, un 9% en los accidentes in intinere, y un 4,5%, en los que se producen en durante la jornada.
El año ha finalizado con la inaceptable cifra de 646 trabajadores y trabajadoras fallecidos, una cifra que 24 años después de la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, deja a las claras que existen graves problemas a solucionar en la gestión de la prevención, la seguridad y la salud laboral.
En total, se registraron 1.333.002 accidentes de trabajo, frente a 1.240.739 en el mes anterior, en número de accidentes acumulado para ambos períodos, con un incremento del 6,9% entre noviembre y diciembre.
Según se puede ver en la tabla, de todos los accidentes comunicados a lo largo del año, en diciembre, 602.316 fueron con baja médica, aumentando con respecto al mes anterior en un 6,7%.
Dentro del número de accidentes del mes de diciembre con baja médica, 520.037 fueron durante la jornada (86,3%) y 82.279 (13,7%) fueron in itinere, es decir, en el camino entre el domicilio y el lugar de trabajo.
Los accidentes con baja suponen el 45,2% del total, suponiendo los accidentes sin baja el restante 54,8%, lo que da una idea del aumento del número de accidentes sin baja médica en los últimos años, hasta que, a día de hoy, son mayoría en cuanto al total de accidentes de trabajo.
Entre noviembre y diciembre el incremento de los accidentes sin baja fue del 7,1%, mayor incremento que el de accidentes con baja.
Del porcentaje anteriormente citado, puede deducirse la tendencia que ha supuesto la Ley de Mutuas aprobada en el año 2014, causante de que muchos de los accidentes que antes eran reconocidos como baja médica, sean actualmente contabilizados como sin baja.
En muchos casos el trabajador que ha sufrido un accidente, tras ser atendido por la mutua correspondiente, se ve obligado a reincorporarse el mismo día o al día siguiente de producirse el accidente, lo que es una práctica de ahorro de las Mutuas y que conlleva aumentar el riesgo de sufrir un nuevo accidente a corto plazo o de desarrollar una enfermedad profesional a largo plazo, dado que, en la mayoría de los casos la rápida incorporación de estos trabajadores se produce sin que se hayan podido recuperar de las lesiones del accidente.
Desde USO seguimos insistiendo, a la vista de los datos, en la implicación de todos los agentes a nivel laboral en la seguridad y salud de los trabajadores, ya que, el trabajo es un medio de vida y un derecho fundamental reconocido y protegido constitucionalmente, siendo la seguridad una de las facetas más imprescindibles.