USO se suma el pasado 9 de mayo, a la celebración del Día de Europa en el aniversario de la Declaración de Schuman. Lo hizo para reclamar la renovación del que es, sin duda, el mejor proyecto político y social de nuestro planeta, a pesar de sus numerosas deficiencias. Una renovación que debe abordar el reto de conseguir mayores cotas de Justicia Social, situando a las personas en el centro de las políticas, y exigiendo a los Estados miembros compromisos ciertos para una mayor integración y cohesión social en toda la región.
Ya no basta decirle a los millones de parados de hoy que gracias a la Unión Europea hemos alcanzado la paz y llevamos casi 75 años sin guerras -a excepción de la guerra de los Balcanes y los conflictos en Ucrania-. Las trabajadoras y trabajadores quieren soluciones a sus problemas inmediatos por mucho valor que tengan los logros históricos. Se precisan más empleos de calidad y muchos mejores salarios. Necesitamos una mejor distribución de la riqueza, con una política fiscal común que erradique las guaridas fiscales, la elusión de las multinacionales y la competencia impositiva desleal, o el proyecto europeo estará en definitivamente en jaque.
Sólo hay que mirar cómo los ciudadanos de Gran Bretaña han expresado ese descontento votando a favor del Brexit, aunque sea por una estrecha mayoría y su salida todavía no sea efectiva. El Brexit ha dejado claro que la gente ya no puede esperar: es urgente que la UE cambie radicalmente de rumbo para evitar que otros países sigan el mismo camino que el Reino Unido.
La agenda social que importa a los trabajadores está repleta de desafíos: como el de la gobernanza económica sin nuevas políticas de austeridad, la negociación de acuerdos comerciales equilibrados que garanticen los derechos laborales, el desarrollo pleno del Pilar Europeo de Derechos Sociales, la transición justa a un nuevo modelo de desarrollo sostenible, y por supuesto, la reformulación de la propia Unión Europea, de sus tratados y de sus velocidades de convergencia para vencer las tremendas desigualdades. En este sentido un Protocolo Social y un nuevo Contrato Social deben ser incorporados al máximo nivel normativo
En el contexto del fenómeno de la mayor crisis migratoria de la historia -que muchos europeos perciben como un asalto-, y frente a la incapacidad de la UE de proponer verdaderas soluciones a estos dramas humanos, son cada vez más numerosos los movimientos xenófobos y los partidos populistas de extrema derecha que se aprovechan de la inseguridad de los ciudadanos y exacerban los instintos nacionalistas más primarios echando la culpa de todos los males de nuestras sociedades a los inmigrantes, a los refugiados, a las ONGs, e incluso a los sindicatos. Contra ello debe aplicarse una tolerancia cero a la incitación al odio.
USO sigue opinando que las soluciones de los problemas actuales no pueden buscarse por separado. Al contrario, necesitamos más bien estrechar nuestros lazos de cooperación y solidaridad en el marco europeo. La introducción de estabilizadores sociales como una Renta Mínima Europea y un complemento europeo para el Seguro de Desempleo, serían instrumentos básicos para la futura Europa.
Las inminentes Elecciones Europeas, que tendrán lugar del 23 al 26 de mayo -en España se celebran el día 26-, serán decisivas para los trabajadores y las trabajadoras. El nuevo Parlamento Europeo puede hacer de la UE un lugar mejor para vivir y trabajar, o por el contrario podrá socavar la cooperación europea construida a lo largo de muchos años. Por eso USO se une a la CES en su llamamiento a participar de forma masiva en los próximos comicios.
Sin duda la Europa comunitaria, la Europa de la Unión, podrá seguir siendo el espejo al que se miran otras sociedades de nuestro mundo si somos capaces de unir voluntades para seguir construyendo un sólido Estado del bienestar. Para esa tarea pueden contar con la USO.
