Julio nos ha traído una de las peores noticias que podíamos recibir en la familia de la CRTVE. Se ha cerrado la peor temporada de audiencias con un registro de MÍNIMO HISTÓRICO del 8,7% que graba a sangre y fuego, para siempre, la gestión de Rosa María Mateo y todo su equipo directivo, como la más desastrosa en los 60 años de vida de TVE.
Las audiencias siguen con su caída paulatina, pero inexorable, y están ya muy por debajo de la barrera sicológica de los dos dígitos.
Los “buques insignia” de Informativos (Telediarios, Los Desayunos, Informe Semanal y Canal 24 Horas) siguen desangrándose día a día, semana tras semana, y mes a mes, poniendo en evidencia la permanente desvinculación entre la línea editorial elegida (o impuesta) bajo la batuta de Begoña Alegría y Cristina Ónega, y los intereses de los espectadores a cuyo servicio parecemos no estar ya.
Una muestra más de la desconfianza y el rechazo de la ciudadanía a intentos arriesgados y desesperados de servir a determinados intereses político-electorales como la entrevista a Otegui, que no solo ha dejado claro que no nos ha ayudado a recuperar audiencia, sino que ha generado un mal calculado rechazo social que contribuye a empeorar la imagen de politización que ya arrastramos desde hace tiempo ante la opinión pública.
¿SUICIDIO INDUCIDO?
Las privadas siguen frotándose las manos porque no tienen que esforzarse para heredar sin esfuerzo las audiencias que TVE va dejándose por el camino.
Y lo que es peor, propicia un estado de opinión (números en mano que podéis consultar en el informe de Barlovento Comunicación sobre datos de Kantar Media) y da coartadas a todas esas fuerzas que defienden y apuestan por nuestra miniaturización, cuando no desaparición.
Esa es la herencia que nos va a dejar (se supone que en breve) la Sra. Mateo. Un año de gestión en el que todo ha ido a peor y en el que estamos a punto de quedarnos (por la irresponsabilidad de algunos compañeros) incluso sin Convenio Colectivo y con la posibilidad de un histórico y vergonzoso retroceso desde la jornada de 35 horas/semana a la jornada de 37,5 horas semanales, derecho que tenemos en RTVE desde 1975, y que, tras el paréntesis abierto por la grave crisis económica, recuperamos hace un año.
El diagnóstico de un equipo médico sería que el paciente (CRTVE) está en vías de cometer suicidio inducido, o que se le quiere practicar la eutanasia. Y si no lo hace Mateo, acabará haciéndolo de forma vegetativa durante los próximos cinco años (parece que intencionadamente según la actual política de Recursos Humanos) la pirámide de edad de una plantilla alarmantemente envejecida y sin inminente proceso de renovación en el horizonte.