Se entiende por “movimientos repetitivos” el grupo de movimientos continuos mantenidos durante un trabajo que implica la acción conjunta de los músculos, los huesos, las articulaciones y los nervios de una parte del cuerpo y provoca en esta misma zona fatiga muscular, sobrecarga, dolor y por último, lesión.
Los factores de riesgo más importantes son el mantenimiento de posturas forzadas de muñecas y hombros, la aplicación de una fuerza manual excesiva y realizar ciclos de trabajo muy repetidos que dan lugar a movimientos rápidos de pequeños grupos musculares.
Aquí tienes 9 consejos para la prevención de lesiones por movimientos repetitivos:
- Ten en cuenta el diseño ergonómico del puesto de trabajo.
- Adapta el mobiliario y la distancia de alcance de los materiales a tus características personales. Tienes que realizar el trabajo con comodidad y sin sobreesfuerzos.
- Emplea las herramientas adecuadas para cada tipo de trabajo y conservarlas en buenas condiciones y sin desperfectos.
- Realiza las tareas evitando las posturas incómodas del cuerpo y de las manos. Procura mantener, en lo posible, la mano alineada con el antebrazo, la espalda recta y los hombros en posición de reposo.
- Infórmate sobre riesgos específicos de tu puesto de trabajo y las medidas a aplicar para reducirlos.
- Evita los esfuerzos prolongados y la aplicación de una fuerza manual excesiva, sobretodo en movimientos de presa, flexoextensión y rotación de las manos.
- Realiza pausas periódicas que permitan recuperar las tensiones y relajar la musculatura.
- Organiza tu trabajo de forma que puedas alternar las tareas.
- Los reconocimientos médicos periódicos facilitan la detección de posibles lesiones musculoesqueléticas.
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Fuente: www.prevencionar.com