El estudio del trabajo y sus condiciones ha sido, desde hace siglos, uno de los ejes de la política social que los diferentes pueblos han mostrado como principal indicador de su desarrollo. En todos ellos, el objetivo no es otro que la humanización del trabajo mediante el empleo de ingenios, normas y sistemas organizativos que permitan realizar el trabajo con el menor esfuerzo posible y la mayor satisfacción alcanzable.
El estudio ergonómico de los puestos de trabajo, de los sistemas organizativos de las empresas, los diferentes equipos de producción y protección, así como las relaciones con las herramientas de trabajo constituyen los ejes principales de la acción preventiva hoy en día asignada a la disciplina denominada «Ergonomía y Psicosociología aplicada».
La sociedad laboral occidental exige cada vez mayores cotas de seguridad y salud en los puestos de trabajo y ello pasa inexorablemente por crear, desde el mismo momento del diseño de los puestos de trabajo, unas condiciones de trabajo seguras y saludables tanto desde el punto de vista físico como mental.