Es hora de que la gobernanza mundial ponga al pueblo y al planeta por encima del lucro. La Internacional de Servicios Públicos (ISP) se une a la coalición de organizaciones feministas, de mujeres, de derechos humanos y de trabajadorxs que convocanron una Huelga Mundial de Mujeres el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Aunque sabemos que las restricciones debidas a la epidemia de COVID-19 limitaron la reunión de mujeres en muchas ciudades del mundo, apoyamos la iniciativa que tomaron las trabajadoras, feministas y aliadas en este día demostrando a los poderes económicos y políticos del mundo que, si las mujeres se detienen, el mundo se detiene.
El sistema global neoliberal está devastando los derechos humanos y el planeta, las mujeres se ven especialmente afectadas, mientras que el poder político es responsable de reducir el papel y la participación de la organización social, socavando los cimientos mismos de la democracia.
Debido al brote de Coronavirus, la participación de la sociedad civil en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas de este año se ha visto gravemente reducida. El proceso de toma de decisiones de la gobernanza mundial seguirá en manos de una «élite» de diplomáticxs que están respaldando una Declaración Política sin ambición alguna de desafiar las causas fundamentales de la desigualdad de género; a la vez que ambigua en cuanto a las futuras iniciativas para un verdadero avance de la condición social y económica de la mujer.
Mientras que los gobiernos han presentado informes nacionales que demuestran los avances en la igualdad de género en los últimos 5 años, los movimientos sociales denuncian que las promesas no se han cumplido.
Una forma de avanzar es transformar la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, adoptadas hace 25 años, en una nueva hoja de ruta que alcance a la gobernanza mundial y la comprometa a un cambio real para 2030.
«Desde el creciente impacto del caos climático hasta la propagación global de epidemias reconocemos los efectos del capitalismo globalizado que ha llevado al mundo a una crisis sistémica. Lxs trabajadorxs de los servicios públicos, lxs trabajadorxs de la salud, la mayoría de lxs cuales son mujeres, están en la primera línea de la salud pública, la atención y los servicios de emergencia en todo el mundo. Las mujeres se han visto afectadas de manera desproporcionada por la crisis económica y están en la primera línea del despojo económico y político.
Además, las fuerzas racistas, misóginas y fascistas están favoreciendo una cultura que minimiza la violencia, las violaciones y niega a las mujeres la dignidad y los derechos sobre su cuerpo. Pero las mujeres también están en primera línea como luchadoras, como líderes del camino a seguir. Los movimientos de mujeres en todo el mundo han demostrado cómo las luchas pueden unificarse y están interrelacionadas, cómo las mujeres pueden revitalizar la esperanza de acciones colectivas y construir un poder colectivo».
Rosa Pavanelli Secretaria General de la ISP
Las mujeres están en primera línea como luchadoras, como líderes del camino a seguir. Los movimientos de mujeres han demostrado cómo las luchas pueden unificarse y están interrelacionadas, cómo las mujeres pueden revitalizar la esperanza de acciones colectivas y construir un poder colectivo.
Las mujeres están en huelga por un cambio sistémico y exigen:
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Trabajo decente, justicia salarial e igual salario por un trabajo de igual valor.
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El reconocimiento, la redistribución y la reducción del trabajo de cuidado no remunerado de la mujer mediante la inversión en servicios públicos de calidad que consideren el género y servicios públicos de cuidado para todxs.
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El fin de la violencia de género y la reivindicación de la soberanía sobre sus cuerpos.
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Ratificación/implementación del convenio C190 de la OIT sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
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Abordar la crisis climática.
El 8 de marzo las mujeres luchan juntas para cambiar las reglas de poder por un mundo mejor.
¡El momento del cambio, es hoy!