El pasado 12 de octubre, la OCDE anunció que después de 7 años de negociaciones, no ha logrado encontrar una manera de gravar a las empresas gigantes de tecnología global (big tech) que están obteniendo beneficios masivos mientras que nosotrxs sufrimos bajo el Covid-19.
Como consecuencia de la crisis financiera, en 2013 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) empezó la tarea de elaborar una reforma tributaria global para impedir que las empresas transnacionales eludieran los impuestos.
Ayer nos enteramos de que, mientras el mundo sufre las consecuencias de la peor recesión de las últimas nueve décadas, la OCDE no ha cumplido con su cometido y que las empresas siguen pudiendo trasladar sus beneficios a los paraísos fiscales.
Los ingresos fiscales en el mundo disminuyeron un 11,5% entre 2007 y 2009 y es probable que disminuyan aún más como consecuencia de la crisis generada por la pandemia, lo que ejerce una intensa presión sobre los presupuestos públicos y hace aún más trágico el fracaso de la OCDE en su tarea.
La ISP ha argumentado consistentemente que sólo gravando a las corporaciones internacionales con impuestos sobre sus beneficios mundiales podemos evitar que desplacen cantidades masivas de dinero a los paraísos fiscales. Necesitamos un cuerpo fiscal mundial que pueda resistir los intereses corporativos y hacer que la política fiscal corporativa se base en el interés público.
La Secretaria General de la ISP, Rosa Pavanelli comentó:
«Ni siquiera las débiles propuestas actuales de la OCDE han obtenido un acuerdo porque la noción equivocada de que el interés nacional sirve para proteger a las empresas transnacionales ha prevalecido sobre el genuino interés público mundial. El resultado es que las multinacionales continúan sin pagar impuestos que podrían ayudar a pagar el gasto público para financiar la salud, los salarios y el empleo».
A nivel mundial, la evasión fiscal desvía 40% de los beneficios extranjeros a los paraísos fiscales, según el experto del ICRICT Gabriel Zucman. Se estima que las multinacionales estadounidenses por sí solas hacen que la UE pierda cerca de 25 mil millones de euros en impuestos de sociedades anualmente. Puedes consultar el mapa mundial para ver cuánto beneficio e ingresos fiscales pierde (o atrae) tu país.
El Departamento de Asuntos Fiscales del FMI estima que las pérdidas totales anuales del impuesto de sociedades asociadas a la transferencia de beneficios ascienden a más de 500.000 millones de dólares, de los cuales 400.000 millones corresponden a los Estados miembros de la OCDE y alrededor de 200.000 millones a los países en desarrollo por año. África está perdiendo cerca de 89.000 millones de dólares al año en flujos financieros ilícitos equivalentes al 3,7% del PIB del continente, lo que supone más de lo que recibe en ayuda al desarrollo, según muestra un nuevo estudio de las Naciones Unidas.
El Secretario General Asistente de la ISP, Daniel Bertossa, ha estado monitoreando el proceso de la OCDE y comentó:
«El proceso tiene pocas probabilidades de éxito mientras siga promoviendo sólo una reforma marginal y excluya a la mayoría de los países de la participación real en igualdad de condiciones, permitiendo al mismo tiempo que unos pocos protejan «sus» multinacionales a expensas de los servicios públicos y la recuperación económica en todas partes del mundo».
La ISP es miembro fundador de la Comisión Independiente para la Reforma Tributaria de las Empresas Transnacionales (ICRICT) que ha propuesto un conjunto de reformas amplias y fundamentales, que incorporan principios de eficiencia y justicia, en un documento de amplia difusión sobre Covid, la recuperación económica sostenible y la fiscalidad internacional.
Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia y experto del ICRICT, dijo ayer: «Las propuestas de la OCDE no son adecuadas, representan la captura de esta agenda por parte de las empresas transnacionales y los países que están estrechamente aliados con esas empresas. El antiguo sistema de impuestos no es adecuado para el propósito. Debemos pasar a un principio de fórmula en el que se asignan los beneficios en proporción a las ventas, el empleo, el capital social.
Jayati Ghosh, ex profesora de economía de la Universidad Jawaharlal Nehru y experta del ICRICT comentó «Los países en desarrollo enfrentan amenazas existenciales por la pandemia y el cambio climático. Hasta ahora, la comunidad mundial no ha logrado que los gobiernos de esos países emprendan los aumentos necesarios del gasto público para combatir esas amenazas. El fracaso más reciente -y el más importante- es el de la mínima cooperación internacional en materia de impuestos para garantizar que las transnacionales paguen la parte que les corresponde, sin trasladar los beneficios a jurisdicciones de baja tributación (paraísos fiscales). Los gobiernos deben ahora tomar medidas por su cuenta».
Los países en desarrollo dependen relativamente más de los ingresos del impuesto de sociedades como fuente de ingresos públicos. El impuesto de sociedades representa el 15% del total de los ingresos fiscales en África y en América Latina, en comparación con el 9% en los países de la OCDE.
En medio de una pandemia, los países no pueden permitirse el lujo de esperar.
Tanto el ICRICT como la ISP instaron a los gobiernos a que adoptaran unilateralmente medidas provisionales para garantizar que las empresas rentables, en particular las del sector tecnológico, pudieran contribuir a una recuperación justa. Esas medidas unilaterales pueden ejercer una presión efectiva sobre la comunidad internacional para que se lleven a cabo reformas tributarias internacionales verdaderamente justas. También pueden apoyar una mayor recaudación de ingresos mientras los principales miembros de la OCDE bloqueen reformas más amplias. Los detalles se pueden consultar aquí.