La reunión, organizada por la EPSU, de la que FAC-USO forma parte, se celebrará mediante videconferencia, debido a las condiciones sanitarias causadas por el Covid-19.
En ella participará, Jan-Willem Goudriaan, secretario general de la EPSU, Stephen Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional, y cerrará el acto Pascal Canfin, Presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública en el Parlamento Europeo.
La FSESP-EPSU y Amnistía Internacional celebran este acto conjunto, en el marco de las celebraciones el próximo día 29 de octubre del Día de Acción Mundial en favor del Cuidado, para poner el foco de atención sobre la situación de los trabajadores sanitarios durante el COVID-19.
Durante la reunión se presentará el reciente informe de Amnistía Internacional “EXPUESTOS, SILENCIADOS, ATACADOS: FALTAS EN LA PROTECCIÓN DE LA SALUD Y DE LOS TRABAJADORES ESENCIALES DURANTE LA PANDEMIA DE COVID-19″.
Ambas organizaciones llevan mucho tiempo abogando por defender y reconocer el papel de los trabajadores de la salud durante esta pandemia.
Dado que la segunda ola de COVID-19 ya está en pleno apogeo en muchas regiones y estados miembros, hacer un balance de las lecciones aprendidas en la primera parte de 2020 y reflexionar sobre cómo proteger mejor a nuestros trabajadores de la salud es más importante que nunca.
Nuestro mensaje central es claro: los aplausos no son suficientes. Los trabajadores merecen más.
Se necesitan sistemas de salud pública sólidos, mejores salarios y más personal para crear un sector más resistente.
Juntos, queremos abrir un debate que se necesita con urgencia sobre el futuro de la atención sanitaria y social.
El reciente informe de Amnistía Internacional revela que al menos 7.000 trabajadores de la salud han muerto en todo el mundo después de contraer COVID-19.
Para otros, la inmensa presión de la falta de equipos de protección y la falta de preparación y protocolos les ha llevado al agotamiento, la ansiedad y la depresión.
Además, en varios países, en lugar de recibir apoyo, los trabajadores sanitarios y esenciales se enfrentan a represalias por parte del Estado y de sus empleadores por hablar sobre sus condiciones laborales o por criticar la respuesta de las autoridades.