Como ya os informamos en esta página Web, FAC-USO participó de forma activa en el 66º Comité Ejecutivo de la EPSU los pasados 7 y 8 de abril.
En el transcurso de la reunión, el Comité Ejecutivo de la FSESP condenó los intentos de Turquía, Polonia y otros dirigentes y gobiernos que han aprovechado este periodo de pandemia para restringir los derechos de las mujeres. El impacto de Covid 19 no es neutral en cuanto al género. En un mundo que sigue discriminando a las mujeres, en el trabajo y en la sociedad, las mujeres se han visto más afectadas por la emergencia sanitaria.
Es un insulto al Estado de Derecho retirarse de un instrumento internacional como el Convenio de Estambul y sustituirlo por una legislación nacional que pretende claramente socavar los derechos de autodeterminación, justicia imparcial, protección contra la violencia y discriminación.
Los instrumentos internacionales establecen unos requisitos mínimos y dejan la posibilidad de que las leyes nacionales ofrezcan normas mejores y más elevadas. Si Turquía o Polonia quisieran proporcionar a las mujeres más y mejor protección contra la violencia y la discriminación, podrían haberlo hecho. Pero ese no era su objetivo. En lugar de ello, quieren imponer un sistema en el que las mujeres son ciudadanas de segunda clase y la comunidad LGBTIQ+ es destruida para crear una estructura de violencia, discriminación y homofobia institucionalizadas.
Hoy condenamos estos actos y expresamos nuestra solidaridad con las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ en Polonia y Turquía, pero también en cualquier otro país de Europa que haya visto una degradación de los derechos humanos bajo la pandemia. Hacemos un llamamiento a los «países de Visegrado», Eslovenia y otros para que no se dejen seducir por la idea del gobierno polaco de retirarse del convenio de Estambul y concluir un tratado separado que dará a las mujeres y a la comunidad LGBTIQ+ menos derechos y protecciones.
Nunca nos callaremos, sino que seguiremos luchando con ellos. Una emergencia sanitaria, o cualquier otra situación crítica, no debe utilizarse como excusa para limitar los derechos humanos.
