Los sindicatos europeos debatieron las lecciones aprendidas hasta ahora de la pandemia y la preparación de la UE para las emergencias sanitarias.
El 11 de mayo, la FSESP organizó un Comité Permanente adicional sobre Salud y Servicios Sociales. Los miembros del Comité se reunieron para debatir el documento de posición sobre las lecciones aprendidas hasta el momento de la pandemia y la preparación del sector sanitario y social de la UE para futuras emergencias. Entre otras cosas, el documento de posición afirma que:
«Es primordial aprender las lecciones de la pandemia y no repetir los errores impulsados por las ideologías neoliberales que condujeron a la privatización y a las medidas de austeridad que debilitaron nuestros sistemas de salud y de asistencia social y dieron lugar a que no estuvieran preparados para la pandemia de COVID-19». Durante años, la FSESP y sus afiliadas plantearon la cuestión de los efectos catastróficos de la privatización y las medidas de austeridad en los servicios sanitarios y sociales, la insuficiencia de inversiones, el nivel inadecuado de personal o la falta de protección o aplicación de la normativa sobre SST La pandemia también ha demostrado que los servicios sanitarios y sociales de titularidad pública y sin ánimo de lucro de muchos países europeos estaban mejor preparados para hacer frente con eficacia a las grandes crisis sanitarias y, lo que es más importante, para garantizar la accesibilidad de todos los ciudadanos.
Reconociendo que la salud y la asistencia son un bien público, necesitamos más que nunca garantizar que todos, independientemente de su situación, puedan disfrutar de un acceso igualitario a una asistencia sanitaria de calidad. Y la asistencia sanitaria de calidad sólo puede prestarse con servicios orientados a las necesidades que cuenten con el personal adecuado, y con trabajadores adecuadamente remunerados y protegidos de los riesgos de SST, trabajadores que gocen de plena representación por parte de sus sindicatos.
Tenemos que asegurarnos de que los compromisos y reglamentos internacionales, europeos y nacionales existentes que garantizan estos derechos se apliquen adecuadamente y no se queden sólo en el papel. Para garantizar esos derechos tenemos que asegurarnos de que la asistencia sanitaria sea prestada por servicios públicos adecuadamente financiados y orientados a las necesidades.
Tenemos que asegurarnos de que la UE y los países asignan niveles suficientes de financiación en sus presupuestos para el personal sanitario, incluida su formación.
Tenemos que asegurarnos de que los sindicatos estén representados en los organismos reguladores europeos y nacionales en relación con las políticas de resistencia y preparación».
Además, el Comité Permanente debatió sobre la importancia de apoyar y mejorar las condiciones de trabajo de los asistentes sanitarios. Los miembros reflexionaron sobre el exitoso Seminario de Asistentes Sanitarios que se celebró el 14 de abril, y el Comité aprobó la creación de una Red de Asistentes Sanitarios. La Red pretende, entre otras cosas, apoyar a las afiliadas que organizan este ámbito tan importante para el funcionamiento de los sistemas de asistencia sanitaria y social, y que convirtió a la FSESP en la voz de los asistentes sanitarios a nivel de la UE.
Teniendo en cuenta el posible impacto de la retirada del Reino Unido de la UE en el sector sanitario y asistencial, Benhard Zaglmayer, de la Comisión Europea (DG Grow), hizo una presentación en la que informó a los miembros sobre las consecuencias del BREXIT para el reconocimiento de las cualificaciones de los profesionales sanitarios.
El Comité también debatió la posición de las negociaciones con los empresarios del sector hospitalario (HOSPEEM) sobre la actualización del Marco de Acción sobre Contratación y Retención.
Por último, se informó a los miembros del Comité sobre el compromiso de la FSESP en apoyo de la exención de los derechos de propiedad intelectual de la vacuna COVID-19 y la participación en la iniciativa popular europea «Derecho a la curación», que hasta ahora ha recogido unas 200.000 firmas de un millón necesarias.
