Por primera vez desde que se empezaron a registrar, el recuento oficial del número de niños en situación de trabajo infantil está aumentando.
Desde hace 20 años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha estado calculando la cifra cada cuatro años mediante encuestas de hogares.
Según la cifra de 2016-2020, se calcula que en el mundo hay 160 millones de niños y niñas en situación de trabajo infantil, es decir, casi 1 de cada 10 niños. Cerca de 79 millones realizan trabajos peligrosos que suponen un riesgo para su salud, seguridad y desarrollo moral.
Aunque el porcentaje de niños en situación de trabajo infantil se mantuvo prácticamente invariable, estas cifras significan que el número total de niños en situación de trabajo infantil aumentó en más de 8 millones entre 2016 y 2020, mientras que el número absoluto de niños que realizan trabajos peligrosos aumentó en 6,5 millones.
La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, ha expresado: “Lo que resulta aún más impactante de estas cifras es que no incluyen el efecto de la pandemia de COVID-19. No cabe duda de que la crisis sanitaria ha agravado la situación.
“El escándalo es que tenemos la respuesta a esto. Sabemos que podemos hacer frente a la lacra del trabajo infantil a través de un nuevo contrato social para los trabajadores y las trabajadoras, que incluya un llamamiento a la creación de trabajo decente para los adultos y a la inversión en protección social y en servicios inclusivos como el cuidado y la educación.
“Los padres no quieren que sus hijos trabajen. Se ven obligados a hacerlo para sobrevivir y debido a la falta de educación de calidad. Ningún padre ni ninguna madre debería tener que tomar semejante decisión. Los trabajadores y las trabajadoras se merecen un nuevo contrato social ya”.