Los síndromes laborales se han disparado coincidiendo con la pandemia. Estos síndromes están relacionados con riesgos psicosociales y pueden afectar al desempeño de un trabajo y provocar problemas de salud mental a quien los sufre.
Síndrome del trabajador quemado o burnout
El síndrome del trabajador quemado fue reconocido en 2019 por la Organización Mundial de la Salud como enfermedad. Se trata de un trastorno adaptativo crónico o cuadro de estrés crónico, que resulta del esfuerzo intenso y sostenido en el tiempo que soporta la persona, con una sobreexigencia y tensión que generan importantes riesgos de contraer enfermedades, pudiendo afectar negativamente al rendimiento y la calidad del servicio profesional.
Síndrome del trabajador burbuja
Otro de los síndromes laborales más comunes es el del trabajador burbuja. Lo sufren quienes sienten permanentemente que no desconectan por completo de su trabajo. Se trata de una situación agravada con la implantación acelerada del teletrabajo y la consecuente hiperconectividad laboral que provoca tecnoestrés. El tecnoestrés es una enfermedad causada por la incapacidad para enfrentarnos a las nuevas tecnologías de un modo psicológicamente saludable.
Síndrome del impostor
El síndrome del impostor trata de la incapacidad que tienen algunas personas para asumir y atribuirse los éxitos y logros alcanzados en el ámbito profesional. Suelen considerar que estos son producto de la suerte, la coincidencia o la ayuda de otras personas. Esta percepción provoca un miedo constante a ser descubiertas por un engaño basado en el sentimiento de que no se merecen el cargo que desempeñan.
Síndrome de Munchausen
El síndrome de Munchausen es otro de los síndromes laborales más comunes. Se trata de un trastorno psicológico que lleva a provocar conflictos para tener la oportunidad de resolverlos ellos mismos, con el propósito de buscar un reconocimiento para mejorar su reputación.
Síndrome de Estocolmo laboral
En el síndrome de Estocolmo laboral, muchas personas sufren ofensas por parte de sus superiores, pero no las detectan como tales e incluso llegan a justificarlas, haciéndose más vulnerables y perdiendo capacidades para el desempeño de su actividad. En estos casos, se ha diferenciar entre ofensas puntuales o continuas o entre violencia psicológica o acoso psicológico en el trabajo.
Cuidar el clima laboral
Todos los síndromes laborales que hemos descrito tienen consecuencias negativas para la persona que los sufre, para el entorno cercano y para la empresa en su conjunto. Por ello, la empresa debe permanecer atenta para que el clima laboral sea lo más estable y calmado con el objetivo de se refleje en el estado de ánimo de la plantilla.