Durante las dos semanas de la UNCSW, Rosa Pavanelli, Secretaria General de la ISP, ha hecho un llamamiento a las mujeres del mundo para que hagan de esta CSW una oportunidad para lanzar un llamamiento en aras de reducir la inversión en armamento y utilizar los recursos disponibles en beneficio de nuestras comunidades.
Durante los numerosos actos paralelos con organizaciones de la sociedad civil y actos simultaneos organizados por los gobiernos, en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (UNCSW66) a la que fue invitada a intervenir, Rosa Pavanelli, Secretaria General de la ISP, tuvo la oportunidad de señalar las pérdidas y los daños que sufren las mujeres y el planeta no sólo a causa de la crisis climática, sino también a causa de la guerra, que no hace más que aumentar las desigualdades y las injusticias hacia las mujeres.
Convertir las inversiones en armamento en fondos para servicios públicos y energía de calidad para todxs
«Convertir las inversiones en armamento en fondos para servicios públicos y energía de calidad para todxs. Las bombas no son verdes, eso está claro, y las bombas no ayudan a una transición justa en la que las mujeres tengan poder de decisión», dijo Pavanelli en repetidas ocasiones. «Definir como tímido el enfoque de los gobiernos o de la COP en general es un eufemismo; no están tomando las medidas necesarias que requiere la crisis climática y tenemos que darnos cuenta de que la situación está empeorando», continuó Pavanelli.
En las últimas semanas de guerra en Ucrania nos hemos librado de la pandemia y de la crisis global. Y nadie sabe o nadie quiere decirnos, el impacto de los bombardeos, de la guerra en Ucrania, en términos de emisiones de carbono.
Se habla mucho de la posibilidad de reanudar el uso de centrales de combustibles fósiles para producir energía en lugar de continuar con el proceso de abandono de éstas como fuente de energía. Esto no ayuda a la transición, dice Pavanelli, aportando al debate su propuesta de lanzar un llamamiento para reducir las inversiones en armamento:
“Las mujeres de todo el mundo que luchan por la justicia, la igualdad y un entorno sostenible para todxs, deben lanzar un llamamiento a los gobiernos para que dejen de invertir recursos en armamento”
Los armamentos son los verdaderos enemigos si queremos garantizar la sostenibilidad del planeta y un futuro para las mujeres y los hombres en él. Necesitamos que esos recursos se conviertan en inversiones en servicios públicos y en energía de calidad para todxs.”
Tenemos que poner fin a esas pretensiones de invertir más en defensa, en armamento, al tiempo que pedimos que se invierta más en servicios públicos, en tecnologías que ayuden a una transición justa que realmente pueda crear un futuro sostenible para todas las personas.
Fortalecimiento de la democracia en el sistema de la ONU.
Hemos visto en el pasado que el sistema de la ONU es «magmático» y se mueve con lentitud, lleva mucho tiempo atravesar el sistema con nuestro mensaje y con las decisiones que queremos propiciar. Una de las cuestiones fundamentales que tenemos que seguir planteando es el hecho de que el multisectorialismo no es la respuesta para dar un mayor papel a las organizaciones de la sociedad civil y a las ONG. Deja demasiado espacio para que las empresas y las corporaciones sigan imponiendo sus intereses. Necesitamos normas democráticas que reconozcan el papel de las organizaciones de la sociedad civil.
Si queremos que la gobernanza mundial siga siendo un espacio democrático dirigido por instituciones democráticas, tenemos que pedir que las corporaciones y las empresas queden excluidas del proceso de toma de decisiones. Quienes obtienen intereses, beneficios, de su trabajo no pueden formar parte de las decisiones sobre las regulaciones; esto es trasladar el poder de los gobiernos a las corporaciones. Esta es la contradicción que hemos visto en todos los llamados acuerdos plurilaterales de libre comercio, en las discusiones durante la pandemia sobre la exención de los ADPIC -la regulación de la propiedad intelectual dentro de la OMC- así como en la COP, donde las multinacionales de la energía están dominando la escena y las decisiones. Esto es lo que debemos cambiar. De lo contrario, tenemos que rendirnos a la idea de que el futuro es una especie de oligarquía en la que estas grandes corporaciones lo decidirán todo.
A menudo oímos que los gobiernos, sobre todo en el Sur Global, son corruptos, y por eso no pueden liderar la transición, no pueden tomar decisiones que den los resultados esperados. «Se llama corrupción cuando se refiere a los gobiernos del Sur Global; pero ¿qué pasa con los lobbies que pagan por elegir a lxs presidentes y miembros de los parlamentos en todo el Norte Global?», dice Pavanelli, «Se trata de una especie de corrupción legalizada, en la que el interés privado se impone al interés general que deberían representar las instituciones elegidas democráticamente. Creo que se trata de una lucha fundamental si queremos alcanzar algún cambio razonable».
Una transición justa y equitativa que ponga el cuidado en el centro
Las mujeres somos la mitad de la población mundial, dice Pavanelli, tenemos que ser escuchadas y nuestra posición debe ser reconocida. Tenemos que cambiar la narrativa y eliminar todos los prejuicios que persisten sobre el papel de las mujeres en tantos sectores diferentes. Una de las prioridades de la ISP es contribuir a reconstruir la organización social de los cuidados, una cuestión clave que está estrechamente relacionada con una transición justa hacia una sociedad en la que todos los recursos naturales, económicos y humanos puedan repartirse equitativamente para reducir la injusticia.
La Transición Justa forma parte de un enfoque global para una economía más transformadora que garantice la justicia y la igualdad. Necesitamos aumentar los proyectos, la investigación y los materiales que puedan proporcionar información a lxs trabajadores sobre las cuestiones fundamentales que se refieren a la transición justa. Aunque es natural que lxs trabajadores de las industrias de los combustibles fósiles tiendan a defender sus puestos de trabajo, puede haber diferentes formas de enfocar la transición. Es crucial concienciar y crear las condiciones para proponer modelos alternativos que impliquen a lxs trabajadores, a las mujeres y a la comunidad en la búsqueda de una solución, porque juntxs podemos ser más fuertes.
En la ISP estamos enfocando nuestro trabajo hacia una transición justa que incluya a las mujeres en todas las esferas de actividad. Uno de los temas más importantes que queremos abordar es el cambio de la división sexual del trabajo, y esto tiene un impacto, por supuesto, en todas las áreas, en todas nuestras relaciones sociales en términos de trabajo, en lo que respecta a nuestras comunidades, pero también en el sector de la energía, el cual está dominado por los hombres. La democracia energética es uno de los principios que tiene que inspirar esta transición justa, y debemos luchar contra esta tendencia en la que las empresas y los productores de energía hacen un lavado verde, en lugar de introducir medidas que puedan conducir a una transición justa.
Por último, Pavanelli pidió que la energía se considere un derecho humano fundamental, respetado como bien común y regulado por los gobiernos.