El estrés térmico se define como la carga neta de calor a la que está expuesta una persona como resultado de su actividad laboral en un ambiente concreto. El riesgo de estrés térmico está presente en la práctica totalidad de los sectores de actividad, desde la agricultura a la hostelería, pasando por el transporte, la construcción o la industria.
Para evaluar el riesgo de estrés término se emplea el índice WBGT. Se trata de un método de cribado que permite descartar la existencia de estrés térmico en unas condiciones determinadas. Su principal limitación es que no tiene en cuenta las características individuales de la persona trabajadora ni su estado de hidratación.
En caso de confirmarse la existencia de riesgo de estrés térmico, deben tomarse medidas específicas para eliminarlo y realizar una nueva evaluación posterior que confirme la eliminación del riesgo. Si la adopción de medidas específicas para eliminarlo no fuese posible, se realizará una evaluación más detallada mediante el método de sobrecarga térmica, conforme a la UNE-EN 7933:2005, con el fin de determinar el tiempo máximo durante el cual puede desarrollarse el trabajo.