El agua y saneamiento son derechos humanos, ¡YA!

El 22 de marzo, la ISP celebró el Día Mundial del Agua. El objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas requiere que los gobiernos garanticen para 2030 el acceso al agua y al saneamiento. Sin embargo, estamos viendo un nuevo impulso para las asociaciones público-privadas (APP). Sabemos que las APPs no cumplen com los objetivos sociales y medioambientales, y la ISP ayudará sus afiliadas a bloquearen esta abordaje. Hacemos un llamado para una abordaje basada en los derechos, con las finanzas y la gestión públicas en los intereses de todos.

En esta página, usted encontrará: una declaración de la ISP delineando los desafíos adelante; vídeos de las afiliadas alrededor del mundo; logotipos del Día del Agua que pueden ser descargados; un conjunto de herramientas para el avance de los derechos humanos; dos documentos presentados al relator especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua y al saneamiento

El Día Mundial del Agua de 2016 trae consigo nuevos desafíos y oportunidades. En septiembre de 2015, los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El objetivo 6 de los ODS requiere que los gobiernos garanticen para 2030 el acceso universal y equitativo “al agua potable, a un precio asequible para todos” y los “servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos”.[i] Lamentablemente, debido en parte a la crisis financiera mundial de 2008 y las consiguientes políticas de austeridad, los gobiernos esperan y asumen que el sector privado financiará en gran medida los ODS.

En los años previos a la adopción de los ODS, los Estados miembros de la ONU aprobaron varias resoluciones que consagran el acceso al agua y al saneamiento como derechos humanos ​—con las obligaciones inherentes que ello conlleva para los gobiernos​—.[ii]  La ISP está colaborando con sindicatos y organizaciones aliadas para facilitar y garantizar el respeto universal de estos derechos humanos que tanto ha costado conseguir. (Ver Recursos, abajo).

Paralelamente, las corporaciones multinacionales están presionando para garantizarse un acceso privilegiado a todos los servicios públicos. Los beneficios potenciales son inmensos. Para ello están utilizando, entre otras herramientas, las nuevas rondas de negociaciones comerciales, conocidas por sus diversos acrónimos: TISA, TPP, TTIP, CETA, etc. El cabildeo corporativo es también muy activo en los pasillos de la ONU, donde intenta mostrar la cara benigna o sustentable de sus intereses. En el sector del agua también utilizan el Banco Mundial y los bancos regionales, la OCDE, el Foro Económico Mundial en Davos, el Consejo Mundial del Agua en Marsella y, posiblemente, un nuevo Panel de alto nivel sobre el agua, recomendado por el Secretario General de la ONU

El incremento de la población mundial, unido con la extensión de la urbanización y las repercusiones del cambio climático contribuirán a que el acceso al agua sea algo cada vez más crucial y, potencialmente, mucho más rentable. Por lo tanto, prevemos y, de hecho, ya estamos siendo testigos, un renovado impulso de las asociaciones público-privadas (PPP), a pesar de la larga lista de problemas y fracasos que presentan. Numerosas agencias de la ONU apoyarán las PPP en el sector del agua y el saneamiento, la mayoría sin percatarse de los peligros que entrañan.

La Secretaria General de la Internacional de Servicios Públicos, Rosa Pavanelli, afirma: “Nos oponemos a las PPP en el sector del agua y el saneamiento. Este recurso natural esencial, básico para toda forma de vida del planeta, no debe convertirse en una mercancía comerciable más, potencialmente más valiosa que el petróleo, gestionada en interés de una acaudalada minoría. Nuestros sindicatos afiliados están colaborando con sus aliados de la sociedad civil en países de todo el mundo, para frenar estas privatizaciones fuera de lugar”.

“Defendemos un enfoque basado en los derechos, que requiera una financiación y una gestión públicas, para garantizar el acceso universal. La población debería tener acceso a cantidades suficientes de agua potable y segura y a unos servicios de saneamiento en sus hogares. La gestión pública necesita ser eficaz, transparente y participativa. Las compañías del agua deben prestar especial atención a las necesidades de las mujeres y las personas vulnerables; y los gobiernos locales, que con frecuencia son los responsables del suministro de agua, necesitan herramientas, especialmente financieras.”

El Director General de la OIT y Presidente de ONU-Agua, Guy Ryder, aboga por mejorar las condiciones laborales de todos los trabajadores y trabajadoras en el sector del agua.[iii] Implementar los derechos humanos y el ODS 6 puede convertirse en una fuente de empleos decentes. Además, incidir en el acceso de las mujeres y la población más pobre puede librarles del ingrato trabajo (no retribuido) de ir a buscar agua y les permitiría acometer actividades más productivas y enriquecedoras. Además, reducirá las enfermedades transmitidas a través del agua y la mortalidad infantil.

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