La Federación Sindical Europea de Servicios Públicos (FSESP) acoge con satisfacción la Estrategia de Salud Mental propuesta por la Comisión Europea, pero advierte que la estrategia no puede alcanzar sus objetivos sin abordar directamente los graves problemas a los que ya se enfrentan los trabajadores que serán fundamentales en su aplicación.
La FSESP insiste en la urgente necesidad de adoptar medidas concretas para apoyar y proteger la salud y la seguridad de los trabajadores de los servicios públicos que prestan servicios y cuidados esenciales a nuestras comunidades.
Deben cumplirse cuatro expectativas críticas:
Los objetivos establecidos por la Estrategia de Salud Mental no podrán alcanzarse hasta que Europa tome medidas decisivas para abordar la grave escasez de personal a la que se enfrentan los trabajadores sanitarios y asistenciales, incluidos los que prestan atención mental.
Actualmente faltan en Europa más de dos millones de trabajadores sanitarios y asistenciales, y se prevé que la cifra aumente hasta los cuatro millones en 2023. Estas carencias no sólo comprometen la prestación de una atención mental de calidad, sino que también contribuyen a aumentar el estrés y los problemas de salud mental entre los propios trabajadores. Es imperativo garantizar una dotación de personal adecuada y mejorar las condiciones de trabajo para favorecer el bienestar mental tanto de los pacientes como de los trabajadores.
Se necesita urgentemente una directiva específica sobre factores de riesgo psicosocial. Esta directiva debe dar prioridad a la prevención de estos riesgos e incorporar medidas integrales en los lugares de trabajo para proteger de forma proactiva la salud mental de los trabajadores sanitarios y asistenciales. Los marcos sólidos para abordar los riesgos psicosociales son cruciales y deben incorporarse.
Para que la estrategia tenga éxito se necesitan inversiones considerables en los sectores sanitario y asistencial. Sin embargo, es crucial que estas inversiones den prioridad a los servicios públicos y rechacen cualquier tendencia a la comercialización de la asistencia. Nuestro objetivo debe seguir siendo proporcionar una atención y un apoyo de calidad a quienes los necesitan, en lugar de permitir que los motivos lucrativos socaven los principios fundamentales de los servicios sanitarios y asistenciales.
La estrategia de la Comisión recoge las negociaciones en curso sobre el teletrabajo y el derecho a la desconexión a nivel intersectorial. Sin embargo, ignora el hecho de que los interlocutores sociales del Gobierno central ya han alcanzado un acuerdo sobre estas cuestiones. Su acuerdo sobre digitalización establece el derecho a la desconexión y regula otros aspectos del teletrabajo y el trabajo con tecnologías digitales. El acuerdo también prevé evaluaciones de riesgos para la salud, incluida la dotación de personal, que se reconocen como factores de riesgo psicosocial. Los interlocutores sociales solicitaron formalmente la aplicación del acuerdo como directiva en octubre de 2022, y aún no han recibido ninguna indicación de la Comisión sobre cómo se logrará.
Jan Willem Goudriaan, secretario general de la FSESP, comenta: «Acogemos con satisfacción el compromiso de la estrategia de llevar los acuerdos de los interlocutores sociales al Consejo para que decida su aplicación como legislación. Los empresarios y sindicatos de las administraciones centrales esperan el mismo trato para su convenio. Esperamos colaborar con los interlocutores sociales intersectoriales y la Comisión para garantizar que los acuerdos se refuercen mutuamente y cumplan los derechos de los trabajadores de la Administración central, tal como se establece en el acuerdo de octubre de 2022.»
La FSESP, federación sindical europea representativa de los trabajadores de los servicios públicos de salud, asistencia, administraciones públicas y otros, hará campaña en favor de una Estrategia de Salud Mental que aborde realmente las necesidades de los trabajadores que, en última instancia, garantizarán el éxito de la estrategia.
