La Presidencia española del Consejo de la UE acogió, el pasado 12 de julio, una reunión ministerial informal sobre Empleo y Política Social (EPSCO).
Entre otros temas, se debatieron los recientes avances en las políticas de cuidados de la UE, como la Estrategia Europea de Cuidados 2022, que reconoce los cuidados como un bien público y reclama mecanismos más estrictos de garantía de la calidad en el sector.
Centrarse en los cuidados es necesario y oportuno. Aunque el sector de los servicios sociales es uno de los de más rápido crecimiento en Europa, el aumento de la mano de obra en la última década no ha estado a la altura del crecimiento de la demanda, y casi todos los países de la UE denuncian escasez de personal. Para satisfacer las crecientes necesidades de la población europea que envejece, urge aumentar la financiación pública y mejorar los salarios y las condiciones de contratación y retención de una mano de obra adecuada.
La falta de servicios públicos de asistencia accesibles y asequibles, impulsada por las medidas de austeridad generalizadas, ha allanado el camino a la mercantilización de la asistencia, con consecuencias desastrosas. En los últimos años se han producido numerosos escándalos y quiebras de grandes multinacionales del sector. Consciente de ello, la Estrategia Europea de Cuidados subraya que la falta de normas estrictas y de alta calidad puede dar lugar a negligencias y abusos de los receptores de cuidados y a malas condiciones de trabajo para los cuidadores. La Comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatović, también ha señalado la prevalencia de abusos de los derechos humanos en las residencias de ancianos y ha subrayado los riesgos de que los propietarios privados den prioridad a los beneficios frente a la calidad de los cuidados.
Las investigaciones del Centre for International Corporate Tax Accountability and Research (CICTAR) demuestran los costes sociales sistémicos y estructurales de la asistencia con ánimo de lucro, que no se limitan a los graves abusos y escándalos que aparecen en los titulares. El último informe de CICTAR se centra en Cofinimmo, un inversor importante y creciente en residencias de ancianos en toda Europa. Muestra cómo las empresas privadas de asistencia venden sus propiedades a grupos como Cofinimmo para obtener capital o repartir dividendos. A continuación, Cofinimmo y otras empresas alquilan estas residencias al proveedor de asistencia para obtener enormes beneficios en virtud de contratos que dejan todos los costes y riesgos en manos de la empresa de asistencia. Los residentes, en gran parte financiados por la seguridad social, tienen que pagar los márgenes de beneficio de dos empresas privadas en lugar de una.
La Estrategia Europea de Cuidados constata que, incluso después de recibir ayudas sociales, «se calcula que casi la mitad de las personas mayores con necesidades de cuidados de larga duración se encuentran por debajo del umbral de la pobreza tras sufragar los gastos de asistencia a domicilio». También se constata que muchos cuidadores se encuentran en el tercio inferior de la distribución salarial, y que los bajos salarios son una de las principales razones por las que es tan difícil contratar y retener a los trabajadores. Entonces, ¿por qué empresas como Cofinimmo obtienen beneficios tan extraordinariamente elevados por el mero hecho de ser propietarias de residencias de ancianos, cuando los sistemas asistenciales de toda Europa necesitan tan urgentemente financiación pública?
El día de la reunión de EPSCO, pedimos a los ministros de EPSCO que se comprometan a realizar cambios estructurales de gran alcance en el sector y a invertir la mercantilización de la asistencia. Los gobiernos deben impedir que la especulación inmobiliaria absorba los beneficios del sistema asistencial y, en su lugar, garantizar que se destinan suficientes recursos a los salarios de los trabajadores y a la calidad de vida de los residentes.