Desde USO se exige que, puestos a informar, nada les costaría decirnos cuáles son nuestros derechos a la hora de acceder a un sistema al que, por razones de trabajo, tenemos que acceder un día sí y otro también.
Desde trabajar con el correo, hasta hacer múltiples gestiones personales relacionadas con nuestra actividad laboral: desde ver una nómina… hasta pedir un curso… ¿Quien tiene acceso a nuestros correos?. ¿Quién delimita nuestra intimidad como usuarios?… No vamos a enumerar ahora las condenas a compañeros que han infringido estas “normas y procedimientos” sin ni siquiera tener conocimiento de las mismas…
No nos parece mal que se nos informe sobre los peligros que nos acechan cuando nos internamos en las espesas redes de la GISS, lo que sí nos parece mal son las formas.
Porque, como dice la normativa, se trata de “dar instrucciones y recomendaciones encaminadas a alcanzar la mayor seguridad y eficiencia en el uso de los recursos y sistemas de información de la Seguridad Social, describiendo qué usos se consideran correctos y cuáles indebidos”.
Pero, el tono empleado por Gerencia, está muy lejos de esas instrucciones y recomendaciones de que hace gala, más bien suena a amenaza, más o menos velada, de lo que nos puede suceder… pero ningún detalle, ninguna pista… nada que nos oriente por el intrincado mundo de la Gerencia de Informática.
No estaría mal que la GISS, en vez de usar este tono hermético y casi inquisitorial, se aviniese a buenas y nos explique cuáles son nuestros derechos como usuarios y por supuesto, nuestros deberes… pero en un lenguaje llano y sencillo, para que el común de los mortales lo podamos entender. Y por cierto, no estaría de más saber quién firma o envía estos correos, como se nos exige a los demás.