El instituto europeo Eurostat ha publicado sus estadísticas anuales sobre el ratio de dependencia entre población mayor de 65 años y población en edad de trabajar. Aunque España sigue por debajo de la media comunitaria, en los últimos diez años el ratio de dependencia ha subido en más de 5 puntos, de los 23,8% a los 29,2% con que cerró 2018. Es decir, “hay prácticamente 30 personas en edad de jubilación por cada 100 que tienen edad para está trabajando. Y, obviamente, de esas no todas cuentan con trabajo”, advierte Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
Estévez reprocha que “en demasiadas ocasiones se utiliza el envejecimiento para justificar el recorte o congelación de las pensiones, y la prolongación de la vida laboral, cuando no deja de ser un contrasentido que prorroguemos la vida laboral de personas que ya deberían estar jubilándose mientras hablamos del paro juvenil más alto de Europa tras Grecia”.
Por ello, “y con más motivo, después de conocerse las catastróficas cifras que asolan a nuestra juventud en materia de precariedad en el empleo y posibilidad de emancipación que hemos conocido en el Informe sobre la situación sociolaboral de la Juventud en España, es necesario apuntalar medidas urgentes para garantizar la vida independiente de nuestros jóvenes”, expone la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO. “Los jóvenes no pueden acceder a una vida adulta plena, que les permita pensar en tener hijos, padeciendo el abuso de la temporalidad, de los bajos salarios, del maltrato a su excelente formación y de unos precios de la vivienda por las nubes. Debe fomentarse la educación dual, con unos contratos de formación que realmente sea de inserción al mercado laboral; tienen que controlarse los precios del alquiler con un banco de pisos de alquiler tasado que permitan un acceso a la primera vivienda; y debe ponerse coto, mediante Inspección de Trabajo, al abuso de la contratación temporal, parcial y con horas extras impagadas entre nuestros jóvenes”, reclama.
“Necesitamos una pirámide poblacional equilibrada que asegure el futuro de nuestras pensiones hoy y en el futuro, y solo se puede conseguir fomentando la natalidad de una forma natural, que es la estabilidad de los jóvenes adultos”, concluye Estévez.