No llevamos ni sesenta días de 2016 y cada semana vemos en los medios de comunicación noticias sobre agresiones, unas por la lacra de la violencia machista que sacude el país, y otras por la violencia contra personas LGTBI, también llamados delitos de odio o LGTBIfobia.
No hay datos concretos sobre si hay más agresiones que respecto a 2015, pero de lo que sí hay certeza es que están aumentando las denuncias. La no existencia de denuncias no implica que este tipo de violencia no existencia, sino la no visibilización de la misma. A fecha de hoy, lo único que podemos constatar es que cada vez hay más visibilización de agresiones contra el colectivo LGTBI y, por consiguiente, más denuncias.
La puesta en marcha de diferentes observatorios contra los delitos de odio como el caso del Observatorio Nacional contra los Delitos de Odio y la LGTBIfobia el año pasado, impulsado por la Confederación Española LGTBI Colegas, y, recientemente el Observatorio madrileño contra la LGTBIfobia, impulsado por Arcópoli, están ayudando a que las agresiones contra personas LGTBI se empiecen a visibilizar y que las víctimas, arropadas por esas asociaciones, tengan la fuerza para denunciar y hacer constar en la denuncia que ha sido una agresión propiciada por su condición u orientación sexual.
Desde Juventud USO estamos preocupados por las incesantes agresiones que el colectivo LGTBI recibe cada día en nuestro país, un país que, recordemos, desde 2005 tiene aprobado el matrimonio igualitario y en el que, en teoría, no tendría que haber ese tipo de delitos de odio. Casos como el de los dos jóvenes de Almería el agosto pasado y los de Madrid en las últimas semanas deberían sacar los colores a la clase política y preguntarse qué se está haciendo mal para que este tipo de agresiones sigan sucediendo.
Es necesaria una educación afectivo sexual para que este tipo de agresiones no se produzcan, así como es necesaria una ley estatal contra la LGTBIfobia, siguiendo los pasos de las leyes aprobadas en Catalunya y en Extremadura en los últimos años. También animamos, desde Juventud USO, a denunciar tanto agresiones al colectivo LGTBI como cualquier delito de odio. Solo de esa manera se podrán visibilizar y solo de esa manera se podrá actuar contra los agresores.
Porque en pleno siglo XXI no se puede permitir ningún tipo de agresión, y menos por la libertad sexual. No dejes pasar ni una y denuncia. Recuerda que no estás solo, que no estás sola.