Un 1% de los españoles justificaría ejercer cualquier tipo de violencia, ya sea física o verbal, contra su pareja en el caso de que esta no haya querido mostrarle sus mensajes de móvil o redes sociales. “De ellos, además, la mitad no tiene pareja actualmente, por lo que ni siquiera se sustenta el estereotipo manido de que lo hacen porque se ha generado una situación de desconfianza en la relación. Estas personas entienden que debe someterse a la pareja hasta el punto de golpearlas o insultarlas no como algo puntual, que tampoco sería justificable, sino como la forma natural de tener vida en pareja, que es aún más peligroso. El control, para ellos, es un derecho”, explica Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
La encuesta ha sido elaborada por esa Secretaría, junto con la Secretaría de Formación Sindical e Igualdad, con una muestra inicial de 2.000 personas, en todas las comunidades autónomas, y dirigida a personas mayores de 13 años de ambos sexos. “Con ella, pretendíamos saber si existe una relación entre el control hacia la otra persona con la violencia sobre ella. Efectivamente, hemos visto cómo, según las preguntas incluían un mayor grado de acceso a la intimidad, bajaba el porcentaje de personas que veían normal el compartirlo con su pareja. Sin embargo, no solo persiste quien considera que debe haber un control absoluto de lo que hace y dice la otra persona, sino que se justifica cualquier presión para conseguirlo, incluyendo los ataques verbales o físicos”, alerta Dulce María Moreno, secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.
En general, “las mujeres son mucho menos controladoras que los hombres. Los porcentajes son más bajos entre ellas cuando preguntamos si creen que ambas partes de la pareja deben poder desbloquear el móvil del otro o si deben compartirse las claves de las redes sociales y mostrarse los mensajes. Sin embargo, del total de personas que sí justifican la violencia para garantizar el control, un 58,3% de las respuestas afirmativas corresponden a mujeres. Esto supone que en algunos casos ellas están dispuestas a ejercerla, en este caso suele ser verbal; pero, lo que resulta más preocupante, asumen que puedan padecerla por defender su derecho a la intimidad en la pareja”, lamenta Moreno.
Por ello, “desde USO consideramos primordial el educar en igualdad. Por suerte, la encuesta nos muestra una tendencia al cambio en las generaciones, una toma de conciencia por parte de los más jóvenes de sus derechos individuales en la pareja. Es en los segmentos por encima de los 40 años donde más se justifica el control de la pareja, no en los menores de 30. No obstante, en USO consideramos que es imprescindible que se contemple un cambio en la normativa sobre acoso para que incluya la persecución, en el seno de una pareja, para dar acceso a los datos y mensajes personales”, reclama la secretaria de Formación Sindical e Igualdad de USO.
Las comunidades más “controladoras”
Además de conclusiones por edades, por estado sentimental o por sexo, la encuesta elaborada por USO también contiene un desglose por comunidades autónomas que permite observar diferentes tendencias. “Preocupa especialmente Canarias, pues en todas las preguntas intermedias arroja unos porcentajes muy altos de permisividad en el control, lo que puede considerarse como un patrón extendido en las relaciones de pareja de la comunidad. La Rioja, Castilla-La Mancha, Euskadi y Cataluña también presentan porcentajes más elevados en general que el resto”, explica Laura Estévez.
“En el caso de las respuestas más graves, las que justifican la violencia, deben entenderse más en el global del país que por regiones. Que un 1% de 2.000 personas justifiquen los ataques es extrapolable a toda la sociedad, no puede concluirse, con un porcentaje tan pequeño, que en las comunidades donde se dieron estas respuestas haya más violencia que en otras, aunque hay que observarlo con precaución”, considera la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO: “el índice de respuestas de este tipo es preocupante en ambas Castillas, Comunidad Valenciana, La Rioja y, por su elevada población, Madrid, ya que bastantes personas han dicho que es justificable pasar a la violencia para garantizar el control de la pareja”.