Los cuidados y tareas domésticas entran dentro de la vida privada de las personas, pero son modelos culturales que aprendemos y que pueden cambiar.Necesitamos que exista un cambio en los sistemas productivos, en el reparto de las jornadas laborales, que permitan modificar los roles de género en el ámbito laboral y por tanto faciliten y permitan la conciliación y la corresponsabilidad para que ambas sean efectivas en nuestro día a día. En definitiva cambiar formas de pensar para que el reparto de cargas más allá de nuestras jornadas laborales no lo determine el sexo de la persona y sea una cosa de todos y todas.
Desde la USO reivindicamos la eliminación de las desigualdades económicas y sociales existentes por razón de sexo y trabajamos en la negociación colectiva, y los planes de igualdad con la aprobación de medidas que corrijan dichas desigualdades. Las normas y medidas negociadas tienen efecto directo en la vida familiar y personal de los y las trabajadoras, medidas que directa o indirectamente potencian la conciliación y la corresponsabilidad.
El trabajo en casa y familiar tal como limpieza en casa, preparar comidas, cuidado de mayores…antes y después de la jornada laboral contribuye al desarrollo económico y al bienestar humana. Aunque se trata de una actividad necesaria para el progreso de la sociedad, es cierto que ésta en su mayor parte sigue recayendo en las mujeres. Es uno de las conclusiones que se desprende del informe “El progreso de las mujeres en el Mundo 2015 – 2016. Transformar las economías para realizar los derechos”.
Aunque mucho estudios ponen el foco en la falta de otros medios que “ayude a las mujeres” a dejar a un lado estas cargas, más bien es el cambio de mentalidades y la eliminación del machismo, que asigna a la mujer y al hombre roles claramente diferenciados, algunos hombres siguen sin hacerse cargo de este tipo de tareas al no considerarlas dignas para su condición y donde algunas mujeres siguen asumiendo ésto como normal. Ésto debe cambiar y está cambiando en algunas sociedades, pero es un trabajo que debe empezar por la educación familiar y en los colegios, los medios de comunicación, las redes sociales, las políticas, pero sobre todo cambia y cambiará con los gestos diarios de cada uno de nosotros y nosotras.
Está demostrado que el hecho de que la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado recaiga sobre las mujeres puede reforzar su desventaja socioeconómica, dado que limita su acceso a la educación, a la atención de la salud y al empleo remunerado así como su participación en la vida política y cultural (véase el gráfico). Si queremos vivir en una sociedad más igualitaria debemos empezar por educar en igualdad, luchar por unos servicios públicos que garanticen la asistencia real y no la mera caridad , fomentar la corresponsabilidad y empezar a pensar que todos y todas estamos capacitados para aprender independientemente de nuestra morfología, el ser humano es mucho más que eso.
Por eso, desde USO, centramos nuestra campaña del 8 de Marzo de este año 2016 en la importancia de la conciliación y corresponsablidad, porque si la conciliación es cosa de los dos miembros de la pareja, la corresponsabilidad es algo de la sociedad y nosotros, como sindicato que somos, seguiremos trabajando para que esa corresponsabilidad sea real y para eliminar las barreras de la herencia heterosexista que tiene nuestra sociedad.