El 21 de marzo 2017 se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
“El racismo es la causa del sufrimiento inhumano para millones de trabajadores, impulsado por la exclusión económica, social y política y la falta de acceso a la justicia. ¡Terminemos este círculo vicioso ahora!”, dice Rosa Pavanelli, Secretaria General de la ISP.
“El racismo es la causa del sufrimiento inhumano para millones de trabajadores, impulsado por la exclusión económica, social y política y la falta de acceso a la justicia. ¡Terminemos este círculo vicioso ahora!”, dice Rosa Pavanelli, Secretaria General de la Internacional de Servicios Públicos (ISP).
Los derechos a la igualdad y a la no discriminación son piedras angulares de los derechos humanos. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la incitación al odio y las prácticas discriminatorias por razones de raza, étnica, religión, nacionalidad, entre otras, están muy extendidas.
“Hoy en día, la lucha contra el racismo y la discriminación racial es aún más importante cuando los gobiernos populistas utilizan el odio racial y la xenofobia como banderas para sus campañas, y cuando se habla de construir muros mientras se debería construir puentes de solidaridad, inclusión e igualdad. Más que nunca, los sindicatos deben combatir y erradicar estas prácticas”, continua Pavanelli.
En este día internacional, recordamos también a todos aquellos y aquellas que murieron como víctimas del comercio triangular de esclavos, que fue la fundación del sistema de explotación mundial, y reflexionamos sobre el trabajo de nuestros sindicatos y comunidades para denunciar y combatir al racismo. El movimiento sindical mundial tiene que cumplir con su rol social y político, combatir una polarización ideológica basada en el odio racial, la xenofobia hacia los/as migrantes, el radicalismo religioso, y la idea de una supremacía de una raza sobre otras, lo que conduce a la exclusión social y económica, asesinatos y persecución. Más y más, los refugiados y los migrantes son objeto de controles basados en perfiles raciales y de la incitación al odio.
Al mismo tiempo, están surgiendo nuevos movimientos de base, tales como #Blacklivesmatter en los Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. Podemos observar una renovación del movimiento mundial de mujeres que se opone a todas las formas de opresión, mientras millones han expresado su solidaridad con los migrantes y los refugiados en Europa, protestando contra las políticas de derecha.
Lorretta Johnson, Secretaria-Tesorera de la Federación Americana de Maestros, dice: «Una nueva generación está en pie y está reclamando fervientemente una justicia racial. Debemos reconocer que su combate es nuestro combate y su lucha es nuestra lucha. Nuestro trabajo en la equidad racial fortalecerá e impulsará nuestra lucha para defender los derechos de todos los trabajadores, incluyendo las mujeres, las personas de color, los discapacitados, las minorías étnicas, los inmigrantes y los miembros de la comunidad LGBTQ. Confiamos en que los esfuerzos de nuestros sindicatos para combatir la inequidad ayudarán a recuperar las promesas de nuestras naciones de libertad y justicia para todos».
Agripina Hurtado Caicedo, Coordinadora del Comité Interamericano de Lucha contra el Racismo, la Xenofobia y todas las formas Conexas de Discriminación e Intolerancia dice: “Colombia es el tercer país con más desigualdades en América Latina, debido al racismo, a la discriminación racial y a la injusticia hacia grupos vulnerables como son los Afrocolombianos/as y las etnias indígenas. Su dependencia económica se traduce en menos oportunidades en trabajo decente y menor acceso a bienes y servicios, lo que conduce a la exclusión y la marginación social. Más del 60% es pobre, un cuarto vive en la pobreza y el 15% pasa hambre.
La vida media de un hombre afro descendiente es 6 años más corta que la media nacional y, una mujer negra vive 11 años menos que la media nacional. La lucha contra el racismo y la discriminación racial en el mundo del trabajo debería ser una cuestión transversal en la agenda de los sindicatos, asegurando al mismo tiempo que todos los grupos estén representados tanto en la membresía como en el liderazgo de nuestros sindicatos. ¡Juntos podemos acabar con el racismo! «
