El 4º Congreso Mundial de la CSI ha comenzado hoy con un debate sobre paz, democracia y derechos, elementos fundamentales para la seguridad de los trabajadores y sus familias.
“Nuestro mundo está fracturado y la gente se siente insegura. Conflictos, dictaduras, fascismo… los extremos contra los que combatimos el siglo pasado constituyen nuevamente las batallas de hoy en día. Será necesario contar con el poder de los trabajadores y las trabajadoras, y con la solidaridad intergeneracional para ganar la lucha por la paz, los derechos democráticos y la justicia social”, afirmó Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional.
La tendencia de los últimos cinco años, a partir de datos derivados del Índice Global de los Derechos de la CSI recogidos entre 2014 y 2018 muestra:
• Un aumento de la violencia contra los sindicalistas, pasando de 41 a 65 países, con un incremento del 59% en el último año;
• Un incremento del 69% en el número de arrestos y detenciones en 59 países;
• La reducción del espacio democrático, denegándose la libertad de expresión en 54 países, con un incremento del 50% respecto al año anterior.
“Si a esto añadimos la exclusión de la libertad sindical de ciertas categorías de trabajadores en 93 países y violaciones del derecho de huelga en 123 países, la amenaza sobre las libertades y los derechos democráticos es evidente. La lucha de nuestras vidas es defender y mejorar los derechos en el trabajo”, declaró Sharan Burrow.
La paz se está volviendo cada vez más difícil de alcanzar. Cada año, el mundo destina 1,7 billones de USD al gasto militar –con apenas el 1% de esa suma podría alimentarse a todos los niños desnutridos del mundo durante cinco años–. El gasto militar sigue aumentando y contribuye a alimentar conflictos armados.
La CSI insta a todos los países a ratificar el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), renunciar al armamento nuclear y reducir el gasto militar, desbloqueando así fondos que podrían invertirse en los servicios, las infraestructuras y los puestos de trabajo que el mundo necesita desesperadamente.
“El dinero que se destina al comercio de armas podría emplearse para brindar protección social y servicios vitales a la población, además de invertirse en la infraestructura de la que dependen las economías y las sociedades”, concluyó la Sra. Burrow.
La Sra. Tomoko Yoshino, Vicepresidenta de la central sindical japonesa RENGO, lanzó una petición sindical mundial en apoyo al TNP, para decir no a las armas nucleares y reclamar la reducción del gasto militar y la financiación de inversiones sociales y económicas vitales.