Declaración de la CSI con ocasión del Primero de Mayo: Creación de empleo y un nuevo contrato social

El Primero de Mayo, los trabajadores y las trabajadoras del mundo entero celebrarán los logros de cerca de 200 años de actividad sindical, presentando sus reivindicaciones sobre trabajo decente y desarrollo sostenible.

Con más de 250 millones de empleos perdidos este último año a causa de la pandemia de COVID-19, y 130 millones más que podrían perderse este año, la Confederación Sindical Internacional (CSI) pide a los Gobiernos que hagan de la creación de empleo un objetivo central para garantizar la recuperación y la resiliencia. El pleno empleo, consagrado en la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha de seguir siendo prioritario.

Esto requiere en particular:

  • Incrementar la inversión pública;
  • Invertir en el sector público y crear programas públicos de empleo;
  • Estimular la creación de empleos de calidad;
  • Invertir en educación y formación; y
  • Formalizar el trabajo informal.

Muchos Gobiernos han obtenido buenos resultados con respuestas a corto plazo frente al desempleo y la reducción de horas de trabajo al inicio de la pandemia, y esos ejemplos deberán apoyarse mediante planes nacionales de empleo y políticas industriales en todas partes.

Cinco reivindicaciones

Dichos planes tienen que centrarse en la urgente necesidad de hacer frente al cambio climático mediante una transición justa, ampliar la aportación de salud y cuidados y reparar y construir infraestructuras de calidad.

Una fiscalidad equitativa resultará crucial para financiar estos esfuerzos. Cualquier vuelta atrás a las fallidas políticas de austeridad tendría consecuencias desastrosas para la gente trabajadora y para la sociedad en general.

La creación de empleo es un elemento central de las cinco reivindicaciones de los trabajadores y las trabajadoras respecto a un nuevo contrato social. Los otros elementos son:

  • Derechos, en particular el derecho de sindicalización y de negociación colectiva;
  • Protección social, incluyendo un Fondo Mundial de Protección Social para ayudar a los países menos ricos;
  • Igualdad, para las mujeres y para todos los grupos que sufren discriminación;
  • Inclusión, en especial el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y acceso para todos a vacunas, pruebas y tratamientos contra la COVID-19.

Si se actúa en relación con estas demandas, una prosperidad compartida reemplazará a la pobreza, la democracia saldrá reforzada, y las sociedades florecerán apoyándose en economías sólidas. De no hacerlo, se socavaría aún más la confianza en los Gobiernos y se traicionará a esta y a futuras generaciones.

En este Primero de Mayo, los sindicatos de todo el mundo alzarán sus voces reclamando paz, derechos, sostenibilidad y justicia social y económica, para crear un mundo donde las personas sean prioritarias y no se deje a nadie atrás.

Reclamaciones por Contrataciones en Fraude de Ley

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