Las fuertes inundaciones ocurridas la semana pasada en Texas y en zonas de la India, Bangladesh y Nepal están provocando numerosas pérdidas de vidas humanas y la destrucción de los medios de subsistencia, entre otros muchos daños, a numerosas comunidades. La ISP se une a toda la comunidad internacional para enviar su más sentido pésame a las víctimas y expresa su preocupación por la frecuencia e intensidad cada vez mayores de estas tormentas y por la capacidad de los servicios públicos de emergencia de dar abasto.
Estas catástrofes naturales suponen una inmensa carga para los gobiernos locales y regionales, que se ven obligados a arreglárselas para aliviar el sufrimiento de su población y restaurar los servicios públicos básicos, como el agua, la electricidad, el transporte, la educación, etc.
Al personal de emergencias de las comunidades afectadas se les vuelve a pedir actos de heroísmo y coraje cuando intentan rescatar a las víctimas y restaurar los servicios públicos. La ISP quiere rendir homenaje a su profesionalidad, valentía y dedicación. Estos trabajadores y trabajadoras tienen que dejar a sus familias para personarse en las zonas más peligrosas. En demasiadas ocasiones carecen de las herramientas y capacitación necesarias y sufren la descoordinación frecuente entre distintas agencias gubernamentales, que merma su eficiencia y les hace soportar riesgos innecesarios para su salud y seguridad en el ejercicio de sus funciones.
Los sindicatos reconocen cada vez más que las soluciones para responder mejor a las catástrofes se encuentran en la esfera política y requieren que los sindicatos desplieguen estrategias políticas encaminadas al establecimiento de políticas públicas que permitan mejorar la prevención y respuesta ante las catástrofes y la reconstrucción posterior. Estas políticas y programas públicos resultan imprescindibles para proteger al personal de emergencias y, a la postre, para proteger a las familias y a toda la comunidad.
Incluso si no podemos atribuir las inundaciones de esta semana exclusivamente al cambio climático, es bastante obvio que la intensidad y frecuencia de dichas tormentas está exacerbada por el cambio climático provocado por el ser humano. El aumento del nivel del mar y de las temperaturas, en los océanos y en el aire, contribuye a multiplicar el impacto de las tormentas (el aire caliente transporta más agua que el frío).
La ironía de las inundaciones de Houston es que esta ciudad es uno de los focos mundiales de la industria petroquímica, que gastó ingentes millones en negar la existencia del cambio climático y defender políticas para minimizar los gobiernos, reducir las reglamentaciones y las protecciones sociales. La tragedia es que las comunidades más pobres son las que más sufren y menos protegidas están, tanto en Texas, como en la India o Bangladesh.
La amenaza del cambio climático precisa que reflexionemos sobre el paradigma del crecimiento, del consumo y el lucro constantes. También requiere que evaluemos nuestras estructuras políticas, presas cada vez más de las grandes corporaciones.
La ISP está decidida a desempeñar el papel que le corresponde en esta era de incertidumbre, en primer lugar, ayudando a defender los derechos de todos los trabajadores y trabajadoras de los servicios públicos y posicionando la función de los trabajadores y sindicatos dentro del discurso social, necesario urgentemente para resolver los retos que enfrenta toda la humanidad.