En 1966, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial para conmemorar la masacre de Sharpeville en Sudáfrica en 1960. Un suceso que causó la muerte de 69 personas negras y más de 180 heridos, después de que la policía disparara contra una multitud de manifestantes negros contra el apartheid. Han pasado casi 60 años y parece que no mucho ha cambiado.
La semana pasada, una vez más, fuimos testigos de otra masacre del mismo tipo, alimentada por la intolerancia, la discriminación y el odio. Esta vez contra los musulmanes que rezaban en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, y se convirtieron en blanco de un ataque terrorista encabezado por un hombre blanco supremacista, que terminó con 50 musulmanes muertos y 50 heridos.
Nos indigna que, en los últimos años, los movimientos de extrema derecha, nacionalistas y populistas de ideología extremista, xenófoba y racista vayan en aumento y se expandan geográficamente.
Se trata de una ideología que alimenta el odio, el racismo y la xenofobia, a menudo dirigida a los migrantes, los refugiados, las personas desplazadas por la fuerza, las personas de ascendencia africana, los musulmanes y las minorías, y con un efecto especialmente grave en las mujeres y las poblaciones con diversidad de género.
No cabe duda de que este último atentado terrorista en Christchurch debe considerarse una consecuencia extrema y profundamente inquietante de esta ideología.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, la Secretaria General de la ISP, Rosa Pavanelli, reafirma la firme condena de la ISP a la propaganda racista, xenófoba, antiinmigrante, anti-minorías y anti-pobres de estos movimientos populistas de extrema derecha.
«Como sindicatos de servicios públicos, defendemos los derechos humanos y la dignidad de todos, aceptando la diversidad y luchando por la justicia social y la equidad a través de nuestra responsabilidad y acción colectiva. Históricamente, los sindicatos siempre han estado en primera línea en la defensa de la paz, la democracia y la justicia social, y seguimos defendiendo este papel. Juntos decimos no al racismo, la xenofobia y todas las formas de intolerancia. Debemos posicionarnos para promover el respeto, la compasión y la equidad para todos. No se trata de ‘nosotros’ contra ‘ellos’, sino de ‘todos nosotros juntos’ «
