La publicación por parte de la Comisión Europea de la Estrategia Europea de Cuidados el 7 de septiembre llegó en un momento crucial. En toda Europa, los servicios asistenciales están en crisis. Hay una necesidad desesperada de aumentar la financiación y de realizar cambios estructurales. El Consejo Europeo no debe diluir las medidas de las Recomendaciones del Consejo propuestas.
La propuesta de Recomendación del Consejo presentada por la Comisión sobre el acceso a unos cuidados de larga duración asequibles y de alta calidad incluía la recomendación de nombrar coordinadores nacionales para supervisar y aplicar la estrategia y actuar como punto de contacto a nivel de la UE. También recomendaba que los Estados miembros presentaran planes de acción nacionales en un plazo de 12 meses. Aunque una Recomendación del Consejo no es un instrumento jurídicamente vinculante, la propuesta de planes de acción nacionales y coordinadores nacionales habría garantizado la adopción de medidas a nivel nacional.
Los documentos recientes muestran ahora que el Consejo recomienda coordinadores nacionales o un «mecanismo de coordinación adecuado», y elimina la recomendación de planes de acción nacionales. En su lugar, se pide a los Estados miembros que comuniquen a la Comisión un «conjunto de medidas» en un plazo de 18 meses. El lenguaje de la recomendación también se ha suavizado: en lugar de decir que los Estados miembros «deberían», ahora dice que se les «recomienda». Esto sugiere que la aplicación de la estrategia es opcional y socava la urgencia de la crisis de los cuidados y la necesidad de medidas concretas reales.
La estrategia de cuidados de la UE y la recomendación de cuidados de larga duración reconocen que los bajos salarios, las malas condiciones de trabajo y la escasa cobertura de los convenios colectivos son problemáticos. Esto debe abordarse en las estrategias nacionales en diálogo con los sindicatos. Hacerlo opcional perpetúa la mala situación de la mano de obra, mayoritariamente femenina.
Otros cambios recientes en el texto son más positivos. Por ejemplo, el reconocimiento de que unas redes públicas fuertes de proveedores de servicios de cuidados de larga duración, con recursos humanos y financieros adecuados, pueden contribuir a mejorar el acceso a los servicios de cuidados de larga duración. Aunque reconoce las adiciones positivas, la FSESP pide al Consejo que no diluya la Recomendación del Consejo.