Los sindicalistas de los servicios públicos del sureste de Europa se reunieron en línea los días 8 y 9 de marzo para debatir la situación de los derechos sindicales en sus países. Se trataba de la cuarta reunión regional de un proyecto de derechos sindicales de dos años de duración que llevan a cabo conjuntamente la FSESP y las federaciones europeas de policía (EuroCOP) y de personal militar (EUROMIL).
En las declaraciones de bienvenida de las tres federaciones, expresaron su solidaridad con los trabajadores y el pueblo de Ucrania
El proyecto, financiado por la Comisión Europea, se puso en marcha en mayo del año pasado y se centra en la necesidad de defender y ampliar los derechos sindicales de todos los trabajadores de los servicios públicos, en particular los derechos fundamentales de organización, negociación y acción colectiva.
El proyecto también está supervisando la transposición de la Directiva de la UE sobre transparencia y previsibilidad de las condiciones de trabajo (TPWCD), con la principal preocupación del riesgo de que los Estados miembros utilicen la cláusula de exclusión que les permitiría negar nuevos derechos a millones de trabajadores del sector público.
En la reunión se debatió:
Los derechos sindicales en los servicios públicos de Albania, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Turquía.
Los últimos avances en el diálogo social europeo, con una importante revisión en curso;
La transposición del TPWCD a la legislación nacional y el riesgo de exclusión de los trabajadores de los servicios públicos;
Las estrategias jurídicas para defender y ampliar los derechos sindicales y, en particular, las posibilidades de realizar aportaciones conjuntas en el Consejo de Europa; y
Información de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la afirmación de los derechos sindicales en los servicios públicos y el papel del convenio 151 sobre las relaciones laborales en los servicios públicos.
Derechos sindicales en los servicios públicos
La presentación inicial corrió a cargo de Alexander de Becker, de la Universidad de Gante, y líder del equipo que está realizando la investigación de base para el proyecto. Ofreció una visión general de los siete países de la UE y de los países candidatos a la adhesión cubiertos por el seminario, señalando las variaciones en el alcance de los derechos fundamentales concedidos a los trabajadores de los servicios públicos y a sus sindicatos. En la mayoría de los casos, existe el derecho a organizarse, aunque con algunas limitaciones para el personal militar. Aunque los derechos de negociación colectiva estaban muy extendidos, también estaban restringidos para el personal militar y policial, y en algunas circunstancias, como en Croacia, limitados por la imposición de elevados umbrales de reconocimiento. El derecho a la acción colectiva fue el más restringido, ya que algunos países, como Montenegro, aplicaron una lista muy larga de sectores en los que la acción industrial estaba limitada.
Radmila Obrenovic, del sindicato sanitario SZZSZS de Serbia, subrayó la importancia de poder negociar convenios colectivos y que, aunque los sindicatos lo han conseguido en el sector sanitario, no todos los trabajadores del sector público están cubiertos por convenios colectivos. Añadió que su sindicato está trabajando para garantizar el derecho a la negociación colectiva de los trabajadores sanitarios empleados en los hospitales que forman parte de los servicios policiales y militares.
Ahmet Zengin, del sindicato militar Taş Sen de Turquía, expuso la larga lucha de su organización para conseguir el derecho de sindicación. Afirmó que el apoyo de EUROMIL y de varios otros sindicatos turcos había sido crucial en este proceso que había implicado una serie de acciones legales.
Tjaša Škedelj, del Sindicato de la Policía de Eslovenia, explicó que existe un convenio colectivo que cubre los servicios de la policía, pero que el sindicato se ha enfrentado a importantes dificultades para hacer valer sus derechos, entre otras cosas, por la reiterada injerencia del gobierno en sus asuntos internos.
Blerim Delija, del sindicato sanitario FSSHK de Kosovo, informó de que su sindicato había negociado cuatro convenios colectivos desde 2015, pero que no siempre había sido posible garantizar que el gobierno respetara todos los elementos de los acuerdos. Añadió que el sindicato había emprendido recientemente una acción industrial para intentar que el Ministerio de Sanidad se sentara a la mesa de negociación para discutir un aumento salarial para los trabajadores sanitarios en 2022. Blerim también planteó el problema de los convenios colectivos que cubren a los trabajadores que no son miembros de los sindicatos firmantes y hasta qué punto los convenios pueden limitarse únicamente a los miembros del sindicato.
Nemanja Dragišić, del Sindicato de Defensa y del Ejército de Montenegro, dijo que su sindicato se había enfrentado a tiempos turbulentos y había recibido ayuda de EUROMIL para hacer valer sus derechos frente a los desafíos de los gobiernos anteriores.
Nadja Salson, de la FSESP, destacó la importancia de que los sindicatos, junto con las federaciones y confederaciones, trabajen juntos y se apoyen mutuamente para hacer valer sus derechos sindicales. En respuesta, Radmila confirmó que los dos principales sindicatos sanitarios de Serbia mantienen una muy buena cooperación. Emmanuel Jakob, de EUROMIL, se mostró de acuerdo, pero también señaló que en los casos en los que los militares sólo podían formar asociaciones y no sindicatos propiamente dichos, se les impedía afiliarse directamente a federaciones o confederaciones.
Majlinda Sinani Lulaj, de la Institución del Defensor del Pueblo de Kosovo, se sumó al debate argumentando que los sindicatos pueden recurrir a menudo al apoyo de otras organizaciones de la sociedad civil para hacer valer sus derechos.
