ISP: ¡Inste a la ONU a arreglar el sistema fiscal mundial!

La campaña de sindicatos y aliados ha obligado a la ONU a iniciar por fin conversaciones para mejorar las normas fiscales mundiales.

Pero estas conversaciones sólo tendrán éxito si mantenemos la presión sobre los líderes para que lleven a cabo una reforma ambiciosa y significativa.

Por eso necesitamos que su sindicato firme nuestra Carta Abierta – introduzca su nombre y organización a través del bloque de peticiones ahora ->

  • El incumplimiento de las normas fiscales mundiales permite a las empresas estafar miles de millones de los presupuestos de los servicios públicos y transferirlos a cuentas bancarias en paraísos fiscales.

  • Al ocultar los beneficios en paraísos fiscales, las empresas limitan la capacidad de lxs trabajadores y los sindicatos del sector privado para negociar salarios más altos.

  • La falta de coordinación mundial está creando una competencia tóxica hacia el abismo en materia fiscal.

  • Las normas fiscales mundiales nos afectan a todos y deben negociarse en la ONU con responsabilidad y transparencia donde, a diferencia de la OCDE, todos los países tienen un sitio en la mesa.

  • Si los sindicatos no actúan para dar forma a esta agenda, lo harán los paraísos fiscales y los grupos de presión empresariales.

¡Ha llegado la hora de la reforma!

Lea la carta abierta

PROMOCIÓN DE UNA COOPERACIÓN FISCAL INCLUSIVA Y EFICAZ EN LA ONU

Al adoptar una Resolución sobre la «promoción de la cooperación fiscal inclusiva y eficaz en las Naciones Unidas», los 193 Estados miembros de la ONU han acordado iniciar debates intergubernamentales en la sede de la ONU sobre las formas de fortalecer la inclusividad y la eficacia de la cooperación fiscal internacional.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, finalizará en breve un informe en el que se esbozarán las opciones para continuar los debates intergubernamentales.

Los sindicatos abajo firmantes hacen un llamamiento al Secretario General y a los Estados miembros de la ONU para que respalden los principios clave indispensables para una toma de decisiones mundial responsable, ambiciosa y transparente en materia fiscal.


Al Secretario General de la ONU

La competencia fiscal, la evasión fiscal de las empresas y la opacidad que rodea a la planificación fiscal de las multinacionales, constituye una «competencia hacia el abismo» que afecta directamente a los trabajadores y a sus sindicatos. La ineficacia de las normas del impuesto de sociedades perjudica al empleo, ya que los beneficios de las empresas se trasladan continuamente, utilizando sofisticadas lagunas administrativas a paraísos fiscales donde no pueden servir a la inversión real, al empleo y al aumento de los salarios. Además, la elusión fiscal y la infraimposición del capital alimentan las desigualdades y socavan gravemente la capacidad de los Estados para financiar las inversiones necesarias, la educación, los servicios sanitarios, el agua, la energía, la protección social y la prestación general de servicios públicos a escala nacional, regional y local. La evasión fiscal también obstaculiza la financiación de transiciones justas hacia energías de bajo carbono. Especialmente en el Sur Global, las economías están atrapadas en niveles insostenibles de deuda con perspectivas limitadas de crecimiento.

En este contexto, las organizaciones abajo firmantes siguen con gran interés los trabajos en curso sobre la «promoción de una cooperación fiscal inclusiva y eficaz en las Naciones Unidas». Una cooperación fiscal internacional reforzada en la ONU puede satisfacer nuestras demandas de una toma de decisiones global responsable, ambiciosa y transparente en materia fiscal. También puede proporcionar igualdad de condiciones para los países desarrollados y en desarrollo.

En un contexto de inflación impulsada por los beneficios empresariales y cuando los presupuestos públicos se encuentran bajo presión, especialmente en el Sur Global, existe una necesidad urgente de reforzar la fiscalidad de las multinacionales rentables y de los ricos. En este sentido, las negociaciones intergubernamentales bajo los auspicios de la ONU son muy bienvenidas.

Sin embargo, las negociaciones no deben hacer retroceder el reloj retrasando o suspendiendo los logros, aunque insuficientes, conseguidos hasta ahora en materia de cooperación fiscal internacional, regional y nacional. En particular, el movimiento sindical anima a los gobiernos a introducir sin más demora unos impuestos mínimos mundiales ambiciosos y medidas adecuadas para garantizar la justicia y la transparencia fiscales.

Las negociaciones intergubernamentales deben tener como objetivo el establecimiento de un Convenio Marco Fiscal de la ONU, donde se sentaría las bases para una gobernanza fiscal global en la ONU y en las instituciones relacionadas. Dicha Convención Marco debe establecer un marco institucional inclusivo, responsable y eficaz del que formen parte todos los Estados miembros de la ONU y que sea capaz de fijar la agenda de las normas fiscales internacionales.

Las negociaciones intergubernamentales bajo los auspicios de la ONU deben comprometerse desde el principio con el impuesto de sociedades como instrumento clave para el desarrollo y los modelos empresariales sostenibles. El principio de asignar derechos fiscales a los países en los que se desarrolla la actividad económica debe sustentar las negociaciones intergubernamentales para garantizar que la asignación de ingresos sea justa y no esté sesgada hacia aquellos países que pueden dominar la elaboración de normas o albergar la mayoría de las multinacionales del mundo. Las normas sobre precios de transferencia y el correspondiente principio de plena competencia no pueden considerarse la base de unas normas fiscales internacionales sostenibles. Los recientes intentos de mejorar la fiscalidad de las empresas en una economía en vías de digitalización no han hecho sino añadir más complicación e incertidumbre al sistema. Una reforma que garantice la seguridad fiscal y aumente los ingresos sólo puede basarse en el principio de que las empresas multinacionales deben tributar como entidades globales únicas. Además, ya es hora de dejar atrás la competencia fiscal y el debate entre jurisdicción de residencia y jurisdicción de origen. Se trata de discursos divisorios que sólo benefician a los paraísos fiscales y a los evasores de impuestos.

A su debido tiempo, una nueva gobernanza de la ONU debe contar con los medios financieros y políticos para abordar reformas significativas como la introducción del prorrateo formulario, tipos impositivos efectivos mínimos del 25% y una norma técnica sólida para la información pública país por país. Una gobernanza fiscal mundial también debe apoyar a los gobiernos en sus esfuerzos por gravar más eficazmente el capital, como la riqueza, las plusvalías y las rentas de monopolio.

En el transcurso de las próximas negociaciones de la ONU, los sindicatos deben poder exigir responsabilidades a sus gobiernos. Por lo tanto, debe garantizarse la transparencia en todo el proceso intergubernamental. Deben hacerse públicas las posiciones de los países, los textos de negociación, los avances generales y los posibles estancamientos. Los sindicatos, la sociedad civil y los expertos también deberían poder aportar sus contribuciones mediante consultas periódicas y el estatus de observador.

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