El Fondo Monetario Internacional (FMI) continúa promoviendo la afirmación infundada de que los salarios mínimos más altos provocan recortes de empleos y perjudican a los trabajadores, además de poner en riesgo el crecimiento económico.
Un artículo publicado en la revista F&D del FMI y compartido en la página de Facebook del FMI afirma que “Un salario mínimo muy generoso puede inducir a los empleadores a eliminar puestos”.
“Es desalentador constatar que el FMI continúa ignorando el gran número de experiencias que demuestran los beneficios que proporciona el salario mínimo, tanto para los trabajadores como para la economía en general. Si el FMI desea seriamente erradicar la desigualdad, debe abandonar el asesoramiento político y las condiciones de préstamos que practica y que no han conseguido generar crecimiento económico. La realidad económica expuesta por el FMI simplemente no existe. El FMI tampoco reconoce que sus intervenciones, incluidos los ataques a los salarios mínimos, han agravado las crisis económicas y sociales, en lugar de aliviarlas”, señaló Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
El artículo ¿Ayuda el salario mínimo a los trabajadores? que, según el FMI, “explica los fundamentos”, se basa en demostraciones selectivas que ponen en evidencia la inclinación de los autores. El artículo reconoce que la mayoría de los estudios empíricos encuentran una relación positiva o, como mucho, una relación casi imperceptiblemente negativa entre los salarios mínimos y los niveles de empleo. A pesar de admitir este hecho, los economistas del FMI basan sus recomendaciones en el supuesto de que el aumento de los salarios mínimos reduce los niveles de empleo, e ignora la gran cantidad de experiencias que demuestran los efectos positivos de los salarios mínimos en la productividad, el empleo, la reducción del trabajo informal y el crecimiento económico en general.
En el asesoramiento sobre políticas y las condiciones de préstamo que el FMI proporciona con regularidad exige restricciones del nivel del salario mínimo. Entre los ejemplos recientes figuran Lituania, Colombia, Grecia, Bolivia y Ecuador. Estas políticas han tenido efectos devastadores sobre los medios de vida de los trabajadores y han contribuido al aumento de la pobreza y la desigualdad. Tales medidas también han sido económicamente contraproducentes, ya que han provocado déficits en la demanda agregada y contribuido a prologar las crisis económicas.
En su asesoramiento político y en el artículo reciente, el personal del FMI promueve la asignación de la fijación del salario mínimo a “expertos independientes”. Estas sugerencias son contrarias a las normas internacionales del trabajo, tales como el Convenio sobre la fijación de salarios mínimos de la OIT (C131), que exige la participación de los interlocutores sociales y que se tengan en cuenta las necesidades de las familias trabajadoras. La sugerencia de poner fin a los procedimientos participativos para fijar los salarios mínimos es antidemocrática y resultaría una toma de decisiones al margen de las realidades que enfrentan los trabajadores.
“Los trabajadores están luchando para sobrevivir con los salarios que ganan. La Encuesta Mundial de la CSI muestra que el 59% de las personas que trabajan apenas ajustan, luchan por llegar a fin de mes, o no ajustan en lo más mínimo. Los salarios mínimos adecuados son clave para asegurar la prosperidad compartida, el crecimiento económico y un mundo justo y seguro. Los salarios mínimos deben basarse principalmente en la realidad del costo de la vida y establecerse con la participación de los sindicatos y los empleadores en procesos transparentes y tripartitos”, afirmó Burrow.
La CSI escribió a la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, exponiendo las inquietudes que suscitan las políticas del FMI sobre los salarios mínimos, antes de las reuniones de primavera del FMI.