Los sindicatos apoyan la Declaración de Silesia sobre Solidaridad y Transición Justa

Los Gobiernos deben redoblar esfuerzos, comprometiéndose a una transición justa para los trabajadores y trabajadoras respecto a la creación de trabajo decente y empleos de calidad, si queremos lograr la ambición climática necesaria para limitar a 1,5°C el calentamiento global, advirtió la Confederación Sindical Internacional (CSI) con ocasión de la apertura de la COP24 en Polonia.

La CSI acogió con beneplácito la iniciativa de la presidencia polaca de la COP, de presentar la “Declaración de Silesia sobre Solidaridad y Transición Justa” para su adopción durante la COP24, e insta a todos los Gobiernos a adoptarla.

Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional, comentó: “Los sindicatos reclaman empleos decentes en un planeta vivo. Generar confianza a través de las garantías que ofrecen las medidas de transición justa permitirá a los Gobiernos mostrar una mayor ambición. Es necesario que todos los Gobiernos respalden esta declaración, para no dejar a nadie atrás”.

Adoptando la declaración de Silesia, los países se comprometen a tomar en serio el impacto que tienen el cambio climático y las políticas sobre el clima respecto a los trabajadores, sus familias y las comunidades, al preparar e implementar sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), los planes nacionales de adaptación y las estrategias nacionales de desarrollo a largo plazo respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero.

“Esta declaración significa que los trabajadores y sus sindicatos puedan sentarse a la mesa de negociación y que se tengan en cuenta sus opiniones a la hora de desarrollar e implementar las políticas climáticas. Procesos adecuados de diálogo social son un factor esencial para introducir los cambios necesarios en las industrias, sectores y economías nacionales para frenar el peligroso cambio climático y crear 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono para 2030”, dijo Sharan Burrow.

Los Gobiernos de Canadá, Escocia, España y Nueva Zelanda se han comprometido ya a una Transición Justa, emprendiendo procesos nacionales para lograrla:

• En Canadá, el Gobierno estableció un Equipo de Trabajo sobre Transición Justa para los Trabajadores del Carbón y sus Comunidades. Brindará asesoramiento sobre cómo lograr que la transición para dejar de lado el carbón resulte justa para los trabajadores y las comunidades.

• En Nueva Zelanda, el Gobierno está desarrollando un plan de transición justa y diversificación económica, basado en el diálogo social con los sindicatos y amplias consultas con las distintas partes interesadas. El plan está destinado a las regiones que actualmente dependen de la extracción de petróleo y gas en plataformas marítimas, que el Gobierno neozelandés tiene previsto eliminar gradualmente de aquí a 2050.

• En Escocia, el Gobierno ha establecido una Comisión sobre Transición Justa con sindicatos y otras partes interesadas, para abordar los retos y las oportunidades que ofrece una transición baja en carbono para las comunidades y los trabajadores/as escoceses.

• En España, el Gobierno y los sindicatos mineros acordaron un plan de Transición Justa para las minas de carbón del país cuyo cierre está previsto. A este acuerdo se sumarán otros dos planes, uno centrado en la diversificación económica para las comarcas mineras afectadas y otro que aborda cuestiones de ámbito nacional.

“Para responder al desafío del clima y evitar la tierra invernadero, todos los países deben avanzar más y más rápido con la ambición impulsada por una transición justa. Para llegar a ello cuanto antes, los principios de una transición justa para la mano de obra, destacados en la Declaración de Silesia, han de incorporarse en el Libro de Reglas de París, las líneas directrices de implementación que deberán ser adoptadas al finalizar la COP24”, afirmó Sharan Burrow.

Este libro de reglas tiene que guiar y ayudar a los países a implementar políticas climáticas ambiciosas en términos de los compromisos para la reducción de emisiones, con medidas de adaptación efectivas, una mayor financiación del clima, mecanismos de compensación fiables para hacer frente a pérdidas y daños, y medidas apropiadas de transición justa para los trabajadores y trabajadoras.

“En 2015, los sindicatos consiguieron que se reconociese la Transición Justa en el Acuerdo de París. Ahora le corresponde a la COP24 ponerla en práctica en el Libro de Reglas de París, para crear empleos decentes en un planeta vivo”, concluyó Burrow.

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