La OIT y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB) han colaborado en la elaboración de un nuevo informe sobre La salud ocular y el mundo del trabajo, en el que se llama la atención sobre la importancia de una visión sana para la seguridad y la productividad en el trabajo.
Las deficiencias visuales relacionadas con el trabajo afectan a unos 13 millones de trabajadores en todo el mundo. Las deficiencias visuales pueden reducir el acceso a un trabajo digno, dificultar la inclusión y suponer una amenaza para la salud y el bienestar de los trabajadores a largo plazo. Las personas con discapacidad visual experimentan una disminución del empleo del 30%. La mala salud ocular tiene un impacto negativo no sólo en las personas directamente afectadas, sino también en la economía mundial, con un coste anual de 411.000 millones de dólares en pérdida de productividad, según la Comisión de Salud Mundial de The Lancet.
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