En un Manifiesto publicado el pasado 14 de diciembre, ante las Elecciones europeas 2024, la EPSU, de la que FAC-USO forma parte, dice que es hora de que los políticos ofrezcan servicios públicos de calidad para todos.
Esta semana la FSESP publica nuestras prioridades clave para las elecciones europeas. Mucho más que una lista de reivindicaciones, la FSESP reclama ante todo un mayor compromiso del Parlamento Europeo para proteger y promover los valores democráticos y los mecanismos de solidaridad que han dado forma al proyecto europeo.
En una época de múltiples crisis, el refuerzo de los valores democráticos y una mayor solidaridad entre las personas pueden guiar a Europa hacia un futuro más social y ecológico.
Los ciudadanos saben que esta es la dirección que debemos tomar, y rápidamente. Pero debe ser justa, sin que los grupos más ricos de la sociedad contribuyan más que otros. Como mostró el reciente Eurobarómetro, la lucha contra la pobreza y la exclusión social y la salud pública son sus principales prioridades, seguidas de la lucha contra el cambio climático y el apoyo a la economía y la creación de nuevos puestos de trabajo.
Los ciudadanos no están ni mucho menos en contra de iniciativas ecológicas ambiciosas para atajar el cambio climático, como pretenden los neoliberales y la extrema derecha. Lo que sí rechazan es la falta de medidas sociales de acompañamiento para apoyar a las personas a realizar los cambios necesarios. Como se suele decir, «es difícil pensar en el fin del mundo si no se ve el fin de la semana». Una economía sostenible, empleos de calidad y una vida digna para todos son los objetivos clave.
Es aquí donde los servicios públicos pueden desempeñar plenamente su papel para garantizar que los cambios de nuestro modelo económico, obsesionado por el crecimiento, no repercutan negativamente en la gente corriente. Con su énfasis en atender las necesidades reales y distribuir los recursos de manera justa y eficiente, los servicios públicos -desde la buena administración, la salud y la asistencia, hasta la educación, la energía o los servicios de agua- son fundamentales para garantizar una transición verde justa para todos.
