Durante su participación en un webnario sobre los tratados de libre comercio y los derechos de las mujeres, la secretaria subregional de la ISP para el Cono Sur Nayareth Quevedo señaló que los efectos adversos de un TLC dañan sobre todo a las mujeres ya sea porque son directamente afectadas, o porque se ven sobre-exigidas en las tareas de cuidado que la sociedad carga sobre ellas.
“Una mirada atenta sobre el contenido de estos acuerdos comerciales permite observar la estrecha relación que existe entre libre mercado, la privatización del Estado y las desigualdades de género”, dijo Nayareth Quevedo, secretaria subregional de la Internacional de Servicios Públicos (ISP) para el Cono Sur, durante su participación en el webnario “Trading away women’s rights: How free trade has undermined women’s human rights before & during this time of pandemic” (“Comerciando con los derechos de las mujeres: Cómo el libre comercio ha socavado los derechos humanos de las mujeres antes y durante la pandemia”, en traducción libre), organizado por la Gender & Trade Coalition, de la cual la ISP es membro.
Vea el webnario completo aquí:
Quevedo presentó la nueva publicación de la ISP “Privatización de servicios públicos, desigualdad de género y dependencia. Estudio sobre el contenido y alcance de los Tratados de Libre Comercio a partir del caso de Chile”, que analiza cuatro tratados comerciales que ha firmado Chile (UE, EE. UU., China y Japón) e identifica sus relaciones con los procesos de privatización de servicios públicos y aumento de la desigualdad de género en el país, que a la fecha cuenta con 55 tratados comerciales vigentes.
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De acuerdo con la subsecretaria de la ISP para el Cono Sur, una de las características decisivas del neoliberalismo es su conciencia en la importancia de la legislación y el Estado para la creación y aseguramiento de los mercados. “De ahí que, en la medida que los Tratados de Libre Comercio permiten alcanzar acuerdos legales que se sobreponen a la legislación específica de cada país, se hayan convertido en una de las principales herramientas de expansión de la agenda neoliberal. Dicha agenda neoliberal privatiza los servicios públicos y expone a las mujeres a nuevas formas de opresión”.
Quevedo explicó que el carácter estructural de la opresión contra las mujeres y la desigualdad de género que éste genera deben ser considerados “al analizar cualquier reforma o modificación que afecte a la sociedad, pues sus repercusiones estarán desigualmente distribuidas entre géneros”. Una vez que esta desigualdad estructural se refleja tanto en la esfera pública, dicha productiva – en la que las mujeres reciben sueldos menores y tienen relaciones laborales más precarias –, como en la esfera privada –, en la que el trabajo reproductivo no remunerado de las mujeres es invisibilizado –, los acuerdos comerciales dañan la vida de las mujeres ya sea por las pérdidas económicas que causan, o por la privatización de los servicios públicos que promueven.
Nayareth Quevedo, Secretaria subregional ISP Cono Sur
La invisibilización y desigual repartición del trabajo doméstico y reproductivo en nuestras sociedades, acarrea que los efectos económicos adversos de un Tratado de Libre Comercio, dañen sobre todo a las mujeres
“La invisibilización y desigual repartición del trabajo doméstico y reproductivo en nuestras sociedades, acarrea que los efectos económicos adversos de un Tratado de Libre Comercio, dañen sobre todo a las mujeres, ya sea porque son directamente afectadas, o porque se ven sobre exigidas en las tareas de cuidado que la sociedad carga sobre ellas”, dijo.
Quevedo explicó que los efectos de acuerdos comerciales suelen ser adversos en países de América Latina debido a la condición de dependencia de las economías latinoamericanas respecto de los centros económicos globales. “Esta asimetría económica entre las partes, se expresa en el contenido y efectos de los tratados, efectos que a su vez, se hallan desigualmente distribuidos dentro de la población”, afirmó.
Ella finalizó su intervención afirmando que la pandemia de coronavirus puso en evidencias las vulnerabilidades e injusticias del sistema capitalista mundial, que han causado, entre otras consecuencias, el debilitamiento sistemático de los sistemas de salud tras la implementación de medidas de austeridad y privatización.
“Transformemos este momento y esta experiencia en el próximo futuro: con sistemas de salud unificados, con suficientes recursos financieros, materiales y humanos, bien regulados, y por sobre todo orientados a promover la salud pública de calidad, con sensibilidad de género”, señaló. “Nunca ha sido más unánime la frase: ¡el futuro será público y con sensibilidad de género, o no será!”, concluyó.