La Confederación Sindical Internacional, de la que USO es miembro, condena el golpe de Estado en Myanmar y pide respeto a la democracia y los resultados electorales
USO, junto con el conjunto del sindicalismo internacional, representado por la CSI, condena el golpe militar en Myanmar y pide respeto a las libertades democráticas en el país asiático. La Confederación Sindical Internacional ha manifestado su repudio al golpe militar en Myanmar, que el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha calificado como “un duro golpe para las reformas democráticas”.
La consejera de Estado de Myanmar, Aung San Suu Kyi, y el presidente, Win Myint, han sido detenidos por los militares. Estos, además, han suspendido las comunicaciones en casi todo el país.
El Ejército tomó el poder en vísperas de la sesión inaugural del nuevo Parlamento. La Liga Nacional para la Democracia (LND), partido liderado por Aung San Suu Kyi, obtuvo una amplia mayoría de los escaños tras los resultados de las elecciones celebradas en noviembre de 2020.
“Debe prevalecer la voluntad popular”, recuerda la secretaria general de CSI
Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, insiste: “debe prevalecer la voluntad popular. La comunidad internacional tiene que ejercer intensas presiones para asegurarse de que los militares no tengan éxito en su intento de suprimir la democracia una vez más. Nos solidarizamos con el pueblo birmano, su movimiento sindical y las demás instituciones que defienden la democracia en el país. La Comisión Electoral de Myanmar ha rechazado ya las acusaciones de fraude electoral que alegan los militares. Son solo una excusa utilizada por los generales que buscan hacerse con el poder, sin importarles las consecuencias para la población y para la economía nacional”.
Según la Constitución de Myanmar, el 25% de los escaños parlamentarios están reservados a los militares. La NLD obtuvo una mayoría aplastante en los escaños restantes. El partido USDP, próximo a los militares, logró muy pocos apoyos. “No existe evidencia alguna para sustentar la reclamación de fraude electoral”, recuerda la CSI en un comunicado.
Además, la Confederación incide en que “el cabecilla del golpe, general Min Aung Hlaing, al igual que otros miembros del Ejército, tiene considerables intereses comerciales. Esto incluye acuerdos muy lucrativos con empresas fuera de Myanmar. Además, la ONU lo ha acusado de crímenes de guerra en relación con la brutal persecución lanzada contra el pueblo rohinyá y otras minorías étnicas”.