Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, exhortamos a todos los Gobiernos a tomar medidas urgentes con vistas a cumplir las promesas de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (PAdB), de hacer realidad la igualdad de género y la justicia social y acelerar progresos para el logro de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y muy especialmente el ODS 8 sobre trabajo decente, el ODS 5 sobre igualdad de género y el ODS 4 sobre educación y formación profesional.
Adoptada hace 25 años, la PAdB sigue siendo el modelo a seguir en cuanto a los derechos humanos de la mujer y la igualdad de género. Pese a haberse efectuado importantes progresos en todas las áreas críticas de acción, ningún país ha hecho realidad la visión radical de justicia social y económica feminista establecida por la PAdB. A nivel global, las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores pobres y menos de la mitad de las mujeres en edad de trabajar tienen un empleo remunerado. La segregación laboral y la infravaloración del trabajo realizado por las mujeres hacen que las mujeres tengan muchas más probabilidades de tener trabajos mal pagados, inseguros e informales. Las mujeres ganan en promedio 20% menos que los hombres, y muchas llegan a la jubilación en condiciones de pobreza. Además, mientras persistan en la sociedad los estereotipos de género, las mujeres seguirán asumiendo la mayor carga del trabajo de cuidados no remunerado y estarán en desventaja en los sistemas de protección social. La violencia de género y sistemas de opresión y discriminación interrelacionadas basadas en la clase, la raza, el estatus migratorio, la orientación sexual y la identidad de género, están presentes en todas las etapas de la vida de las mujeres y siguen conformando sus experiencias laborales.
Ataques contra las libertades y los derechos civiles –incluidos los derechos sindicales–, políticas económicas fallidas –incluyendo las medidas de austeridad y la privatización de los servicios públicos– y la fragmentación de las relaciones de trabajo y empleo han afectado de manera especialmente dura a las mujeres. La crisis climática y los enormes trastornos ocasionados por las tecnologías y nuevas formas de trabajo, como las generadas por los negocios de plataformas, están haciendo que el trabajo de las mujeres sea aún más precario e informal. El auge de la derecha populista no sólo supone una amenaza a la democracia y la paz mundial, sino que además está erosionando los derechos humanos de la mujer en muchos lugares del mundo.
Los sindicatos están respondiendo a estos desafíos, intentando cambiar el discurso y revertir tendencias. Situando los derechos de la mujer, la igualdad y la justicia como elementos centrales de su programa, los sindicatos están desarrollando con éxito acciones para garantizar igual salario por trabajo de igual valor, permisos de maternidad y protecciones fuertes, adaptaciones razonables para trabajadores/as con discapacidad, procedimientos y políticas anti-racismo, políticas de inclusión para trabajadores/as LGTB, igualdad de trato para trabajadores/as migrantes, y mucho más. Una transición justa para la ambición climática es uno de los principales frentes de la agenda económica y social, al igual que la economía del cuidado, con el potencial de millones de empleos verdes y la oportunidad de reducir y redistribuir los trabajos de cuidados no remunerados. La histórica adopción en 2019 del Convenio de la OIT sobre violencia y acoso (C190) y la Recomendación que lo acompaña (R206) demostraron el poder de movilización de las mujeres, junto con sus sindicatos y aliados.
En este Día Internacional de la Mujer, celebramos el papel crucial que han tenido las mujeres y sus sindicatos a lo largo de los años, con vistas a hacer realidad los ambiciosos objetivos establecidos por la PAdB. Pedimos que las aspiraciones de la PAdB se conviertan en realidad mediante la acción en torno a los siguientes ejes centrales:
- Garantizar los derechos humanos fundamentales de libertad sindical y negociación colectiva para todas las trabajadoras;
- Asegurar que todos los trabajadores y las trabajadoras, incluso en la economía informal, tengan garantizado un piso de protección laboral y acceso a la protección social;
- Invertir en cuidados para la igualdad de género y el desarrollo;
- Eliminar la violencia de género y el acoso en el mundo del trabajo; y
- Promover la presencia de mujeres en puestos directivos mediante la adopción de un enfoque feminista del liderazgo.