Durante el mes de enero de 2017, se produjeron 41.901 accidentes de trabajo con baja, de los que 36.272 se produjeron durante la jornada laboral y 5.629 fueron in itinere. También, se notificaron 49.878 accidentes sin baja en ese mismo mes. Si comparamos estos datos con los registrados en enero de 2016, podemos afirmar que 2017 ha arrancado con un aumento de la siniestralidad laboral, puesto que los accidentes con baja se han incrementado un 14% mientras que los que accidentes sin baja lo han hecho en un 7%. Tenemos que lamentar 35 accidentes mortales en jornada de trabajo y 7 in itinere.
Durante el primer mes del año, nuevamente, los accidentes que no causan baja superan a aquellos que sí lo hacen, en la línea de lo que viene sucediendo los últimos años, y que también ocurre con las enfermedades profesionales.
Los datos globales del año 2016 tampoco son positivos: 555.722 accidentes de trabajo con baja, un 5% más que los ocurridos en 2015, de los cuales 480.051 ocurrieron durante la jornada laboral (un 4,8% más) y 75.671 fueron accidentes in itinere, que aumentaron un 6,2%. Las muertes por accidente de trabajo se redujeron un 3,5% con respecto a 2015, aunque 607 personas perdieron su vida en el trabajo o en el trayecto de ida y vuelta del mismo.
La precarización de las condiciones laborales y el recorte radical de la inversión en materia de prevención están provocando el incremento imparable de la siniestralidad laboral en nuestro país. Mientras, las reformas en las competencias y facultades de las Mutuas dificultan el acceso al derecho a la incapacidad temporal en caso de accidente o enfermedad profesional, lo que provoca que los accidentes sin baja superen de nuevo a los que sí la causan.
Por ello desde USO, tercer sindicato a nivel estatal, continuamos reivindicando la necesidad de que las empresas inviertan en prevención así como la labor del delegado de prevención, para que éstos exijan unas adecuadas y seguras condiciones de trabajo.