Si 2017 trajo consigo un gran aumento de la accidentalidad laboral, los datos correspondientes al primer mes del año publicados recientemente por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social no auguran un cambio de tendencia en esta.
Pese a ser los datos de enero el único elemento de valoración disponible al momento actual, lo cierto es que todos los indicadores observados en ellos revelan números aún más preocupantes que los del pasado año por estas fechas.
Comparando los resultados de enero de 2018 respecto con los de enero de 2017, cabe destacar las siguientes conclusiones:
- El número de accidentes que han ocasionado baja ha sido de 45.907, lo que supone una subida del 9,6%. De ellos, 39.523 ocurrieron durante la jornada laboral y 6.384 fueron accidentes in itínere. En consecuencia, aumentan un 9% los accidentes en jornada y un 13,4% los accidentes in itínere.
- El número de accidentes durante la jornada laboral se eleva un 9% para los leves, un 9% para los graves y un 20% para los mortales.
- El número de accidentes in itínere leves y graves se incrementa de forma significativa (un 13,1%), mientras que los graves y mortales se disparan (incrementándose un 38,3% y un 42,9% respectivamente).
- En el balance general por sectores, el índice de Incidencia de accidentes en jornada de trabajo aumenta globalmente en un 4,8%.
- El número de accidentes de trabajo sin baja notificados se traduce en un incremento del 4,1%.
- En cuanto a los accidentes de trabajo mortales, 52 personas perdieron la vida en enero de 2018 como consecuencia de estos, dato que implica una subida del 23,8%. Se observa también un ascenso de los accidentes mortales en jornada laboral (lo que supone un incremento del 20,0%) y una gran subida de los accidentes mortales in itínere (aumentando estos en un 42,9%).
El balance de los indicadores expuestos se resume en datos desalentadores sin que se atisbe en el horizonte un cambio en la tendencia al alza de la siniestralidad, tristemente asentada como un patrón estadístico natural en España en el último lustro. Hoy en día, las consecuencias de la precariedad laboral conviven también como algo natural en buena parte de la población trabajadora, mermando sus expectativas de estabilización profesional y desarrollo, y comprometiendo su salud y bienestar en el día a día
En el contexto descrito, desde USO nuevamente hacemos énfasis en la necesidad de abordar con urgencia este grave problema. Para ello, entendemos que es fundamental buscar soluciones con la implicación del Gobierno y los agentes sociales, y desde una perspectiva integral firmemente comprometida contra la lacra de la precariedad y la accidentalidad laboral, mediante políticas y acuerdos estatales sólidos sostenidos en el tiempo que no estén sujetos al albur de los cambios de gobierno que se van produciendo en nuestra sociedad.