En un interesante articulo publicado en la Web de prevencionar.com se sientan las pautas para conseguir salir de la denominada «zona de confort».
En psicología la zona de confort se refiere a un estado mental donde la persona utiliza conductas de evitación del miedo y la ansiedad en su vida diaria, utilizando un comportamiento rutinario para conseguir un rendimiento constante sin asumir ningún riesgo, es decir, con el “piloto automático”.
Es un espacio personal compuesto de estrategias y actitudes que utilizamos a menudo y con las que nos sentimos confortables, instalándose en nuestra manera de actuar porque nos sentimos seguros.
Es una zona que sólo abarca lo conocido, ese ambiente donde estamos a gusto y nos hace sentir seguros porque todo está bajo nuestro control, pero la pasividad y la rutina provoca apatía y vacío existencial, impidiendo el crecimiento personal al renunciar a tomar iniciativas que ensanchen los límites de esa zona.
El bienestar que se siente no es producto de la satisfacción o el orgullo personal, sino de la ausencia de emociones negativas como la incertidumbre o la inseguridad al refugiarnos en nuestro entorno conocido.
La zona de confort también es trabajar en algo simple en un entorno seguro sin querer promocionarse, o mantener una relación que da seguridad a pesar de estar a disgusto.