Día Mundial de la Alergia: cómo detectar y prevenir alergias en el trabajo

La alergia, una patología común que puede tener su origen en el trabajo y sus materiales

En USO, nos unimos a la conmemoración del Día Mundial de la Alergia, explicando cómo se produce la patología, los síntomas, el diagnóstico y la importancia de la detección en el trabajo. Ahí, en el ámbito laboral, debemos valernos de la vigilancia de la salud. En este sentido, explicaremos cómo los equipos de protección individual pueden generar protección. Pero, a veces, también pueden generarlas. Y haremos un listado con los sectores donde más se padecen las alergias de origen laboral.

La alergia es una hipersensibilidad o reacción desproporcionada del sistema inmunitario cuando se toca, inhala o ingiere una sustancia que es inofensiva para la mayoría de la gente. Los alérgenos pueden ser naturales o sintéticos. Se han identificado cerca de 3.000 sustancias que pueden provocar esta reacción.

La alergia es una enfermedad genética que puede transmitirse de padres a hijos, heredándose generalmente la propensión a tener alergias y no a una alergia en concreto.

¿Cómo reacciona una persona alérgica y a qué?

Cuando una persona alérgica entra en contacto o se ve expuesta a un alérgeno, su sistema inmunológico produce unos anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE). Estos anticuerpos atacan a unas células conocidas como mastocitos que, inicialmente, se preparan para posteriores exposiciones a la sustancia alergénica, no experimentándose ningún síntoma.

Los mastocitos liberan ciertas sustancias químicas en la sangre para defenderse, como la histamina, lo que causa la reacción alérgica. Cada vez que la persona alérgica entre en contacto con esa sustancia, volverá a desencadenarse la misma reacción, incluso con baja exposición.

Los principales síntomas de la alergia son los propios de cada patología y los podemos diferenciar conforme a la parte del cuerpo donde se actualicen. Así, podrán ser:

  • cutáneos: urticaria y dermatitis atópica.
  • digestivos: vómitos, y diarreas.
  • oculares: conjuntivitis y queratitis.
  • pulmonares: asma y neumopatías.
  • hematológicos: anemia y trombocitopenia.
  • otorrinolaringológicos: rinitis y sinusitis.
  • y anafilaxia, que produce malestar generalizado: picor, dificultad respiratoria, enrojecimiento, mareos, vómitos, diarrea, dolores de cabeza y hasta pérdida de consciencia.

¿Existe el concepto de alergia laboral? ¿Qué es una alergia relacionada con el trabajo?

Una alergia laboral es aquella enfermedad en la que el sistema inmunológico funciona de manera inadecuada, generando una reacción excesiva, ante la exposición en el trabajo a un agente sensibilizante.

En el ámbito laboral, los síntomas suelen ir empeorando a lo largo de la semana laborable, en el lugar de trabajo, y mejorar en fines de semana, vacaciones o días de descanso. Sin embargo, si la exposición se produce de manera continuada, llega un momento en el que la persona trabajadora tiene síntomas crónicos que no mejoran en los períodos de descanso.

Se han identificado más de 350 agentes sensibilizantes laborales, aunque unos pocos son los que provocan la mayoría de las alergias en el trabajo.

Además, hay que tener en cuenta que las personas trabajadoras se encuentran expuestas a varios agentes, lo que aumenta la gravedad de la dolencia y dificulta su diagnóstico, tratamiento y prevención.

¿Cómo se detecta una alergia con origen en el trabajo?

El diagnóstico de una alergia de origen laboral se basa en la historia clínica y laboral, y en las pruebas diagnósticas. Con relación a las pruebas, hay que recordar que una persona trabajadora puede haberse sensibilizado a una sustancia, pero no haber desarrollado síntomas alérgicos y, con las pruebas alérgicas, puede detectarse esa sensibilización.

Por este hecho, es de especial importancia recabar toda la información posible sobre los productos presentes en la empresa: tanto las materias primas como los productos intermedios y finales; y los procesos de producción. Para ello, son necesarias las fichas de datos de seguridad de los productos, los valores de exposición ambiental de las sustancias, la evaluación de riesgos laborales y las medidas preventivas implantadas. Esta documentación debe solicitarse a la empresa y ser elaborada por el servicio de prevención de la misma.

En ocasiones, la persona trabajadora, no estando expuesta a agentes alérgenos en su entorno laboral, puede presentar síntomas y experimentar dificultades en su actividad profesional. En esta, como en otras afecciones, la vigilancia de la salud, concretamente el reconocimiento médico laboral, puede contribuir de forma decisiva a la detección de síntomas y signos precoces para hacernos sospechar de ser alergia.

¿Cuáles son los sectores laborales más expuestos a desarrollar una alergia en el trabajo?

Entre los sectores laborales más expuestos a las alergias, se encuentran:

  • peluquería. En él pueden desarrollarse dermatitis provocadas por tintes, permanentes y productos para teñir el cabello.
  • alimentación y restauración. Con casos de rinitis y asma por la harina y sus contaminantes, como los ácaros del polvo y el moho.
  • los servicios sanitarios. Con dermatitis causada por desinfectantes, detergentes, guantes de goma y ciertos medicamentos.
  • la construcción. Ahí, la alergia más frecuente es la dermatitis causada por contacto con el cemento, así como resinas, adhesivos y barnices.
  • en la metalurgia, se producen dermatitis a causa del procesamiento de metales.
  • en la industria de la madera, hay casos de rinitis y asma por polvo de madera, maderas exóticas y componentes de barnices y adhesivos.
  • el sector químico comporta riesgos por tratar con fármacos, barnices, pegamentos, pinturas y plásticos.
  • por último, entre las personas trabajadoras de la agricultura, la veterinaria y la ganadería se producen rinitis y asma por proteínas de origen vegetal o animal. También por plantas, goma o pesticidas.

Protegerse de los alérgenos en el trabajo: ¿funcionan los equipos de protección individual o EPI?

El uso de los equipos de protección individual no está exento de riesgos cuando la persona trabajadora padece una alergia o ellos mismos son el origen del problema. Una gran parte de los EPI utilizados a diario en los puestos de trabajo, como guantes, mascarillas, cascos, calzado o ropa, pueden generar alergias dérmicas o respiratorias, siendo estas últimas menos frecuentes.

La utilización de guantes produce irritación por varias razones:

  • Su uso prolongado lo hace equivalente a trabajar en un medio húmedo, debido a la sudoración provocada.
  • El polvo suavizante y otros agentes habituales en los guantes tienen propiedades irritantes.
  • Los agentes sensibilizadores dependerán de los materiales empleados en su fabricación: goma, materias plásticas, cuero o textiles.

El calzado de seguridad también es causa de reacciones alérgicas, aunque con menos frecuencia. Los alérgenos más habituales son los cromatos, pero también pueden encontrarse otras sustancias como resinas y aditivos del caucho.

La sudoración de los pies es un factor de riesgo que favorece de manera importante el paso de las sustancias alergénicas a través de los calcetines a la piel.

Aunque con carácter más excepcional, otros EPI, como la ropa de trabajo, las mascarillas respiratorias, las gafas de protección y los protectores auditivos, también pueden ser causa de alergias.

Valorar la sustitución de los EPI que puedan ocasionar alergias, si hay otra forma de evitar el riesgo original

Como medida rápida y eficaz para la supresión de este hecho, es la eliminación del EPI debido a que no fuera necesario su uso, bien porque se haya eliminado el riesgo que lo hacía necesario o bien imponiendo medidas de protección colectiva que hagan innecesario su uso.

Ante la dificultad no poder evitar el uso del EPI, es aconsejable la sustitución de los mismos por otros libres de agentes irritativos o sensibilizantes. Eligiendo los EPIS libres de, al menos, los agentes sensibilizantes más conocidos como metales o sus sales, látex y agentes de vulcanización de la goma, algunos tintes azoicos y resinas.

Por último, pueden adoptarse medidas correctivas, como limitar los tiempos de uso, informar y formar sobre el uso correcto de los EPI. También medidas de protección de la piel, como el lavado con jabones suaves y productos no agresivos.

¿Qué hacer si sospechamos que hemos desarrollado síntomas de alguna alergia en el trabajo?

Desde USO, os indicamos que, ante la sospecha de síntomas de alergia en el trabajo, deben seguirse las siguientes recomendaciones:

  • Informar a la empresa como corresponda y acudir a la entidad que gestione las contingencias profesionales para recibir tratamiento médico y que se diagnostique la enfermedad. Solicitar allí consulta con personal médico especialista para poder tener un diagnóstico específico y se investiguen los posibles agentes que provocan la reacción alérgica. En caso de no estar en condiciones de llevar a cabo el trabajo, el médico procederá a emitir el correspondiente parte de incapacidad temporal.
  • Una vez que la persona trabajadora se encuentre recuperada o haya mejorado lo suficiente como para desempeñar su actividad, si se comprueba que la sustancia alergénica es de origen laboral, deberá solicitar a la empresa que tome las pertinentes medidas preventivas para evitar que vuelvan a aparecer los síntomas.
  • Emplear de manera correcta todos los equipos de protección facilitados por la empresa. Prestar especial atención al uso, limpieza, mantenimiento y desecho de los equipos de protección individual cuando estén deteriorados o haya finalizado su vida útil.
  • Leer las etiquetas de todos los productos que se utilicen. Si no están etiquetados, informar a la empresa antes de manejarlos.
  • Leer las fichas de datos de seguridad de los productos.
  • Utilizar las medidas preventivas adecuadas a la hora de manipular las sustancias.
  • Si ya se es alérgico, informar a los médicos del servicio de prevención cuando se lleve a cabo el reconocimiento dentro de la vigilancia de la salud.
  • En caso de tener alergia al látex, es conveniente llevar encima algo que lo indique y comunicarlo ante cualquier tipo de asistencia médica o quirúrgica.
  • Al ser considerada la persona trabajadora como especialmente sensible, en el caso de no poder aplicarse ninguna medida preventiva eficaz ni poder cambiar de puesto de trabajo, debe solicitarse que se valore una posible incapacidad laboral. Es muy importante que se haya reconocido que la alergia es laboral.
  • Si no se reconoce que el origen es laboral, solicitar al Instituto Nacional de Seguridad Social que se inicie un proceso de determinación de contingencias. Para ello, deberá presentar toda la documentación e informes médicos en los que se relacione el problema de salud con el puesto de trabajo.
Reclamaciones por Contrataciones en Fraude de Ley

Defendemos tus derechos frente a contratos irregulares, velando por la legalidad laboral.

Ponte al día
¿Quieres recibir nuestras noticias en tu correo?
Enlaces de interés