Trabajar con frío intenso o con calor extremo no debería ser “lo normal”. El estrés térmico aparece cuando el organismo no es capaz de mantener la temperatura corporal dentro de límites seguros y puede afectar a la salud y a la seguridad en el puesto.
Por eso, desde FAC-USO lanzamos un díptico descargable con pautas claras para identificar riesgos y actuar a tiempo.
¿Qué es el estrés térmico y por qué debemos prevenirlo?
El estrés térmico se produce cuando las condiciones ambientales (frío o calor) superan la capacidad del cuerpo para regularse.
Reconocer los riesgos permite anticiparse y prevenir daños, actuando sobre la organización del trabajo, el entorno, los equipos y las personas.
Dos riesgos, un mismo objetivo: trabajar con seguridad
Estrés térmico por frío
Aparece cuando el cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo.
Puede provocar entumecimiento, temblores, sensación extrema de frío, hipotermia, disminución de la destreza manual y somnolencia o confusión.
Estrés térmico por calor
Se produce cuando el cuerpo no puede eliminar el exceso de calor.
Entre sus efectos están mareo, fatiga, sudoración excesiva, deshidratación, dolor de cabeza y golpe de calor, con piel caliente y enrojecida.
Desde FAC-USO defendemos el derecho a trabajar en condiciones térmicas seguras.
La prevención no puede recaer solo en “aguantar”: exige planificación, medios y organización del trabajo.