De acuerdo con la información que facilita la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo ocasionando, en 2015, más de 8 millones de fallecimientos y se estima un incremento de éstos de un 70% en los próximos 20 años.
La causalidad del cáncer es compleja, siendo el entorno ambiental, laboral y los hábitos de vida, factores de riesgos muy importantes para su desarrollo. En este sentido, según la Agenda de Investigación de la NIOSH-USA, los tres factores que de forma más relevante contribuyen a la carga de cáncer son: el tabaco, la dieta y la ocupación.
Para la Comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral de la Comisión Europea, Marianne Thyssen, el cáncer es la primera causa de mortalidad de origen laboral en la UE, representando el 53 % de muertes debidas a la exposición a riesgos en el lugar de trabajo.
Es por ello que el cáncer constituye, por la gravedad de sus repercusiones en la persona y en la sociedad, una prioridad en las políticas y acciones en Salud Pública y en Salud Laboral. Prioridad que se ve reflejada en la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2015-2020, y en cuyo desarrollo se enmarca este trabajo de investigación que, bajo la coordinación científica de la Profesora Dra. Elena Ronda Pérez, de la Universidad de Alicante e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Pública del Instituto de Salud Carlos III (CIBERESP-ISCIII), se analiza, por parte de prestigiosos investigadores en epidemiología del cáncer, salud pública y medicina del trabajo, la mortalidad por cáncer en España según la ocupación y la actividad económica.
Este estudio es la primera investigación realizada en España cruzando datos censales de ocupación y actividad económica de la población con el registro de mortalidad, lo que ha permitido estimar el riesgo de muerte por cáncer, a través del cálculo de la Razón de Mortalidad Estandarizada (RME) por género y edad, en distintas ocupaciones y actividades económicas, traduciendo los “datos” en una “información” que permite identificar espacios de interés preferente en los que intervenir, para la prevención del cáncer en general y del cáncer de origen laboral en particular. Sin lugar a dudas esta publicación es un paso que aporta conocimiento en materia de cáncer laboral, que debe ser seguido de otros en materia de investigación y en la eliminación o sustitución de agentes cancerígenos.
La investigación clínica y epidemiológica aplicada, junto con la investigación en la mejora de los sistemas de vigilancia, notificación y registro de las enfermedades por cáncer asociadas a exposiciones laborales, constituye un compromiso prioritario para el INSST, como no puede ser de otra forma dada su gran incidencia en la salud de los trabajadores
españoles.