USO muestra su preocupación, ante las últimas estadísticas de siniestralidad laboral elaboradas por el INSS del periodo 2014-2015.
Los accidentes sin baja se han incrementado en un 8’32% y los accidentes con baja en un 17’19 por ciento, en el periodo indicado.
Peor suerte han sufrido las enfermedades profesionales que se han visto incrementadas en un 64’39%, sin baja y en 28’63% con baja.
Los accidentes in itinere no se libran del descontrol situándose en un incremento porcentual del 22’53%.
Tampoco se ha logrado rebajar los accidentes mortales durante la jornada de trabajo que han pasado de 15 en el año 2014, a 17 en el 2015 y 19 en el año 2016 y los mortales in itinere que se han supuesto 14 en el año 2016.
Estos porcentajes que solo son cifras plasmadas en el papel, tienen ojos y caras. Más de 40.000 trabajadores han tenido incidencias con motivo de la prestación de su trabajo.
Algo hay que cambiar. La última reforma laboral con la consecuencia de la precarización del empleo; los destinos de fondos a la fundación de prevención de riesgos laborales, que en su mayor parte se dedican a cubrir los “aparatos” de las patronales y los sindicatos “mayoritarios” con la connivencia de la administración; son a nuestro juicio, parte del problema.
Si las condiciones del empleo no cambian, no se dignifica el trabajo y las detracciones que se realizan a trabajadores y empresas (cotizaciones) no se reinvierten en políticas preventivas en los centros de trabajo, mucho nos tememos que al termino del año 2017, tengamos que enfrentarnos de nuevo a unos índices de siniestralidad impropios e inaceptables, que contravienen el artículo 40 de nuestra Constitución.
